La tasa de mortalidad en el norte de California fue más de cuatro veces superior durante el verano que en la zona de la bahía de San Francisco, donde los índices de inoculación son más robustos.

Los residentes de los condados rurales de California con bajas tasas de vacunación registraron muertes a causa del COVID-19 a índices significativamente más altos durante el aumento de la variante Delta del coronavirus en el verano, en comparación con aquellos en regiones más inoculadas, como el Área de la Bahía de San Francisco y el sur de California, según un análisis de datos de Los Angeles Times.

Los hallazgos demuestran cómo las vacunas restablecieron el curso reciente de la pandemia e ilustran lo que los funcionarios de salud han sostenido durante mucho tiempo: que los altos niveles de cobertura de inoculaciones protegen mejor a una región contra lo peor del coronavirus.

Muchos funcionarios de salud han respaldado la obligatoriedad de las vacunas como condición de empleo y, en algunos casos, para la recreación, con la esperanza de evitar un nuevo aumento potencial durante el invierno.

El condado de Los Ángeles ha implementado oficialmente los requisitos de verificación de inoculación en determinados negocios cerrados, incluidos bares, bodegas, clubes nocturnos y salones. Y la ciudad de Los Ángeles está impulsando reglas aún más amplias, que entrarán en vigor el 8 de noviembre, que extenderían el requerimiento a restaurantes bajo techo, gimnasios, centros comerciales, cines, peluquerías, salones de uñas y muchos otros lugares.

Estos requisitos de vacunación focalizados “ofrecen una mejor esperanza para volver más rápidamente a una transmisión baja y, con suerte, poner fin a los ciclos de aumentos”, señaló la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

A diferencia de la oleada de otoño-invierno, que devastó las comunidades urbanas más densas del sur de California, el último incremento de la variante Delta golpeó las áreas rurales y agrícolas del estado, infectando, hospitalizando y matando a los residentes de algunos condados a niveles sin precedentes.

Por mucho, las zonas rurales del norte de California y el Valle de San Joaquín han tenido las tasas más bajas de vacunación: solo el 44% de los residentes de todas las edades están completamente inoculados en el norte y el 45% están vacunados en el centro agrícola del estado.

Ambas regiones también han registrado algunos de los índices más altos de muertes por COVID-19 de la entidad durante el verano. Por cada 100.000 residentes que viven en cada región, 33 fallecieron de coronavirus este verano en la zona rural del norte de California, y 22 en el Valle de San Joaquín.

Por el contrario, 13 en el sur de California fallecieron este verano y 7 en el Área de la Bahía, por cada 100.000 residentes que viven en cada una de esas áreas. Esas dos regiones tienen las tasas de vacunación más altas del estado: el 58% de los residentes del sur de California están completamente inoculados, y en el Área de la Bahía, la tasa es del 70%.

El análisis agrega más peso a lo argumentado por los funcionarios de salud durante meses: Los antígenos contra COVID-19 son altamente efectivos y la difusión de información errónea sobre su ineficacia no se basa en la realidad.

“El mensaje para todos es que las vacunas salvan vidas. Inocúlese y salve su vida, así como la de sus seres queridos”, enfatizó el Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo de UCLA y experto en enfermedades infecciosas.

A principios de septiembre, los funcionarios de salud estatales calcularon que los californianos no inoculados tenían 17 veces más probabilidades de morir por el COVID-19 que sus contrapartes completamente vacunadas.

Las tasas de inoculación del Área de la Bahía se consideran entre las más altas del país, e incluso algunos médicos reacios al riesgo de contagio, quienes abruptamente dejaron de salir a cenar cuando el aumento de la variante Delta empeoró, ahora son optimistas.

En San Francisco, el 75% de los residentes de todas las edades ya se han vacunado por completo, muy por encima de la tasa comparable de toda California, que es del 60%. Y en los hospitales de UC San Francisco, el índice de las personas asintomáticas que dan positivo al coronavirus es sorprendentemente bajo: 0.4%.

“Ahora me siento bien comiendo en interiores en SF. Todo el mundo necesita encontrar su zona de confort. Llegué a la mía”, tuiteó el Dr. Robert Wachter, presidente del Departamento de Medicina de UC San Francisco.

San Francisco está preparado para eliminar, la próxima semana, los requisitos de uso de cubrebocas para interiores, en entornos como, por ejemplo, gimnasios y oficinas, siempre y cuando todos los que están adentro estén inoculados.

El condado de Santa Clara registró, en verano, una de las tasas de mortalidad por COVID-19 más bajas de California: 5 decesos por cada 100.000 residentes. Es una gran hazaña para el hogar de Silicon Valley, que registró la primera muerte por coronavirus en la nación. Tanto San Francisco como el condado de Santa Clara han eliminado disparidades sustanciales en las tasas de vacunación por raza y etnia, un factor importante para reducir la transmisión del coronavirus.

“Nuestro público, en general, ha adoptado las medidas de prevención del COVID de las que hemos hablado y les pedimos a todos que hicieran. Y debido a eso, nuestras tasas son bastante bajas”, explicó la Dra. Sara Cody, directora de salud pública y oficial de salud del condado de Santa Clara. “Hemos tenido un cuarto aumento, pero ha sido relativamente mitigado en comparación con la experiencia en otras partes del estado y el país”.

Por el contrario, los condados con los índices de mortalidad más altos tienen tasas de vacunación abismales. En los condados de California con los nueve peores índices de mortalidad por COVID-19, menos de la mitad de los residentes han sido inoculados. El condado con la peor tasa de mortalidad es el condado de Del Norte, un condado escasamente poblado de menos de 30.000 personas en la esquina noroeste de la entidad, con 91 decesos por cada 100.000 residentes. Solo el 39% de los habitantes están completamente vacunados.

La sociedad médica local ha rogado a los residentes que se inoculen. “Seguiremos trabajando, por supuesto. Pero estamos cansados. Estamos cansados del sufrimiento, el dolor y la muerte que se pueden evitar vacunándonos”, escribió. “Nos han confiado todos los demás aspectos de su salud. Por favor, confíenos esto”.

Los hospitales más afectados se han visto tan abrumados que se activó la Guardia Nacional para enviar ayuda a lugares como Bakersfield y Redding. El condado de Fresno se ha visto obligado a trasladar a algunos pacientes críticamente enfermos a más de 100 millas de distancia debido a que sus nosocomios estaban muy llenos.

Solo el 50% de los residentes del condado de Fresno se han inoculado por completo. “Es simplemente trágico observar que todavía estamos viendo a pacientes que sencillamente no tuvieron la oportunidad de vacunarse, no obtuvieron la información correcta y desafortunadamente se desinformaron”, comentó el Dr. Rais Vohra, oficial de salud interino del condado de Fresno, durante una sesión informativa reciente.

En todo el Valle de San Joaquín en general, los hospitales registraron tener menos del 10% disponible de sus camas de las unidades de cuidados intensivos (UCI) para adultos, con personal, durante casi todo el mes pasado.

“Sabemos que la cantidad de muertes siempre aumenta, incluso cuando las otras cifras descienden, y eso es exactamente lo que esperamos de este incremento”, señaló Vohra la semana pasada. “Así que creo que seguirá aumentando el número de víctimas mortales, lamentablemente, a lo largo de octubre”.

El incremento repentino de la variante Delta del sur de California no ha sido tan malo como el aumento repentino del invierno, pero sus tasas de vacunación aún necesitan una mejora considerable. El condado de Los Ángeles ha informado que solo el 60% de sus residentes están completamente inoculados, lo mismo que la tasa estatal de California, y su índice de mortalidad en verano, de 15 muertes por cada 100.000 residentes, estuvo cerca de la tasa estatal de 14.

Mejorar las tendencias de la pandemia podría cambiar “si no mantenemos el impulso para aumentar las tasas de vacunación”, indicó la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del condado de Los Ángeles.

En el condado de Orange, el 62% de los residentes están completamente inoculados y el condado tiene uno de los índices de mortalidad más bajos del estado, 9 por cada 100.000 habitantes. De las personas que murieron en agosto, el 94% no estaban vacunadas, detalló la Dra. Regina Chinsio-Kwong, suboficial de salud del condado.

“Se pudo haber perdido una cantidad mayor de personas a causa de la variante Delta si no hubiéramos tenido la tasa de inoculación que teníamos, y vemos esto en otros estados”, explicó recientemente durante una sesión informativa.

Los funcionarios de los condados de Los Ángeles y Orange mencionaron que los índices de vacunación aún deben mejorar. Chinsio-Kwong alentó a los padres y cuidadores de niños demasiado pequeños para ser inoculados a ser especialmente cautelosos hasta que sus hijos puedan ser vacunados.

Para disfrutar de las vacaciones como de costumbre, “debemos tener cuidado este octubre”, señaló Chinsio-Kwong. “Entonces eso significa que, sí, tal vez debería cambiar su actividad para estar al aire libre y tener una mejor ventilación. Sí, eso significa que tal vez debería usar un cubrebocas cuando esté en interiores, incluso especialmente si está en un restaurante. Creo que es un buen consejo”.

La redactora del Times, Emily Alpert Reyes, contribuyó a este artículo.

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Fuente: latimes.com