Descubre cómo puedes mejorar tu alimentación para evitar los síntomas de esta afección.

Cuando sufres de colon irritable, o mejor conocido como Síndrome de Colon Irritable, uno de los factores que más se controla es la alimentación, ya que aunque esta no es una causa como tal de esta afección, si es un desencadenante importante, por ello, gracias a la guía de alimentación publicada por el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, conocemos mejor los cambios que podemos implementar en nuestra dieta para cuidar nuestro organismo.

¿Qué es el Síndrome de Colon Irritable?

Se trata de un trastorno que afecta al intestino grueso y que puede causar una variedad de síntomas molestos como cólicos, dolor abdominal, gases, hinchazón, diarrea o estreñimiento; es de carácter crónico y por lo tanto hay varias formas de mantenerlo controlado a largo plazo, una de ellas son los cambios que se pueden hacer en la dieta para evitar la aparición de los síntomas o la gravedad de estos.

¿Qué causa el Síndrome de Colon irritable?

A pesar de que se desconoce la causa exacta de este síndrome, si hay un par de factores que pueden propiciar su aparición como algunas infecciones graves, cambios en los microbios intestinales, anomalías en el sistema nervioso, entre otros, siendo la alimentación y el estrés dos de los desencadenantes más importantes para la aparición de los síntomas del colon irritable.

¿Cómo cambiar la alimentación si sufres de colon irritable?

Existen diferentes cambios en la dieta que puedes poner en marcha para ayudar a tu intestino a mantener un óptimo estado de salud, entre ellos esta la inclusión de fibra dentro de tu dieta diaria, tanto de fibra soluble como insoluble, los especialistas también pueden llegar a recomendar la ausencia de gluten en la alimentación para facilitar los procesos digestivos y la eliminación de productos con carbohidratos complejos difíciles de digerir.

Este tipo de carbohidratos puedes encontrarlos en alimentos como manzanas, albaricoques, moras, cerezas, mango, nectarinas, peras y sus jugos; frutas enlatadas, lácteos, alimentos con jarabes altos en fructosa, productos elaborados con sorbitol, manitol, xilitol y maltitol y otros edulcorantes; es importante saber que si sufres de este tipo de síndrome debes de acudir a un doctor que te guíe en este tipo de cambios.


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