SAN PEDRO SULA. Costos elevados en el transporte de mercancías, retrasos en las importaciones y aumento en los costos de los productos son algunas de las consecuencias derivadas por la falta de contenedores en los grandes puertos del mundo. En palabr

SAN PEDRO SULA. Costos elevados en el transporte de mercancías, retrasos en las importaciones y aumento en los costos de los productos son algunas de las consecuencias derivadas por la falta de contenedores en los grandes puertos del mundo.

En palabras de expertos, la crisis ha surgido de forma silenciosa y ante el desconocimiento de millones, pero la realidad es que en los puertos marítimos a nivel internacional está ocurriendo un fenómeno con la fuerza suficiente de afectar la economía de todos los sectores y bolsillos.

La escasez de contenedores para el comercio marítimo se ha ido agudizando a raíz de la pandemia del covid, debido a que muchos contenedores llegaron a Europa y América provenientes de Asia y aún no han regresado a tierras orientales por las restricciones para evitar nuevos brotes de contagio de coronavirus.

“En Estados Unidos hay cosas que están escaseando, sobre todo lo importado, y lo estamos viendo aquí también, en especial en la cuestión de alimentos, donde normalmente los comercios se tardaban una semana en tener nuevamente determinado producto y ahora hay que esperar tres o cuatro semanas para que llegue”, dijo Anzoni Gómez, director ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Plásticos de Honduras (Afaplash).

Especialistas prevén que la crisis de contenedores no se normalizará hasta 2023, tiempo que estiman que la industria global necesitará para construir más contenedores, barcos y tener mayor oferta. A ello se suma la incertidumbre a causa de la pandemia, tomando en cuenta los temores de posibles brotes por las variantes del covid-19.

Por su lado, la Federación de Cámaras de Comercio del Istmo Centroamericano (Fecamco) ha alertado sobre los impactos que puede traer al aparato productivo el aumento vertiginoso de los costos logísticos a raíz de la crisis en el comercio marítimo.

La gremial privada sugiere a los Gobiernos de la región implementar programas de apoyo para mitigar las alzas, las cuales golpean con mayor fuerza a pequeñas y medianas empresas.

En ese sentido, las empresas más grandes logran librar los altos costos de los fletes, pero las mipymes están con un triple impacto: pandemia del covid-19, costos de hacer negocios y el de la cadena de suministro.

La Fecamco ha hecho llegar propuestas a los Gobiernos de la región para gestionar estímulos mientras se mantenga el efecto de la crisis de precios en el sector logístico. En ese sentido, el sector busca que mientras dure la crisis se considere la posibilidad de que los impuestos a la importación se cobren sobre valores FOB (“free on board” o libre a bordo) y CIF (costo de flete y seguros) con precios prepandemia para aliviar al sector.

Según empresarios, esto sería un alivio para las mipymes, ya que muchos no tienen capital para abastecerse, puesto que no son la prioridad para las navieras, por ello sugieren acciones rápidas para preservar las inversiones y los puestos de trabajo.

Efectos para los consumidores. “A la crisis se le ha denominado la crisis de los contenedores, que ha sido como el primer factor que afectó, pero ha habido varios más, que se vuelve una bola de nieve que al final ya lo está sintiendo el consumidor final”, indicó Carlota Segovia, presidenta de la Asociación de Mujeres Especialistas en Comercio Exterior (Amecomex Honduras).

Efectos del covid

La consultora Drewry señala que el precio del flete para un contenedor de 40 pies ha pasado en un año de $2,000 a $10,000.

Al respecto, cuando el usuario va a una tienda, los productos no están en los anaqueles o cuestan mucho más que hace dos años.

“Muchas empresas cerraron a causa de las restricciones del covid, y las pocas que quedaron operando no querían perder a sus consumidores. La crisis ha llevado a que las personas tengan menor poder adquisitivo y que por ende las empresas busquen no aumentar al precio de los productos, pero por el otro lado están viendo que los costos de fletes se están incrementando”, agregó Segovia, al tiempo de recordar que el 80% de lo que se consume en el mundo viene por vía marítima.

Hace dos años, los fletes de América Latina -particularmente del área de Centro y Sudamérica- costaban $2,000; pero a la fecha valen entre $10,000 y $14,000.

“Esos costos de flete marítimo alguien los tiene que pagar, y al final quienes lo estamos pagando somos los consumidores, pues para las empresas ya llegó el punto en el cual no pueden seguir absorbiéndolos y se traducirá ese costo a los consumidores”, expresó Segovia.

Aunque es difícil precisar cuál es la industria más afectada a causa de la crisis, lo cierto es que cualquier industria que tenga su cadena logística y materia prima basada en los productos de China se ha visto perjudicada.

El gigante asiático no solo está enfrentando problemas logísticos con puertos llenos de contenedores que esperan embarcar y que no pueden hacerlo porque su destino está saturado, ahora hay que sumarle los apagones que ha sufrido China porque no hay suficiente generación de electricidad. La problemática llega en la época del año en que la industria china debería alcanzar su punta de producción para satisfacer la demanda mundial de productos para Navidad.

La crisis energética amenaza con disparar la inflación de todas las economías.

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Fuente: laprensa.hn