Un alimento antioxidante que, de ser consumido correctamente, puede traer beneficios. Cuál elegir y el desafío de dosificarlo.

Antioxidante, estimulante, bueno para el corazón, para el cerebro y para el ánimo. Muchos son los beneficios que se le atribuyen a un alimento tan delicioso como calórico: el chocolate, cuyo día se celebra hoy. Pero ¿qué dicen los especialistas? ¿Cuál es su mejor versión respecto a sus supuestos beneficios para la salud? ¿Y en qué dosis conviene consumirlo?

Yendo al plano estrictamente nutricional, uno de los principales componentes del cacao y sus derivados son los polifenoles, cuyos efectos en la salud resultan positivos, señala Natalia Antar, nutricionista del Hospital Británico.

"El  interés por el consumo de alimentos que además de nutrientes tengan un impacto favorable en la salud ha incentivado el estudio de componentes naturales, como los polifenoles, presentes en plantas y frutos, que merecen atención debido a sus propiedades funcionales como antioxidantes, anticancerígenos, antiinflamatorios, antitrombóticos, antimutagénicos, antibacteriales y analgésicos", expone.

En este sentido, la profesional menciona al vino, las frutas, el té verde y algunas verduras como sus principales fuentes.

"Sin embargo, en los últimos años diversos investigadores han demostrado que el cacao y sus derivados como el chocolate amargo y polvo de cacao son alimentos ricos en estas sustancias, principalmente en catequinas, además de otros flavonoides como las procianidinas, antocianinas, flavononas y flavonol glicosídicos", agrega.

"El chocolate como alimento es nutricionalmente completo- sentencia Antar- ya que contiene aproximadamente un 30% de materia grasa, un 6% de proteínas, un 61% de carbohidratos, y un 3% de humedad y de minerales (fósforo, calcio, hierro), además de aportar vitaminas A y del complejo B".

El amargo, su mejor versión

Es importante tener en cuenta que a mayor contenido de cacao y menor de azúcar, mejor será su composición, por lo tanto recomiendan consumir chocolate negro, en lugar de los rellenos, con leche o blancos, que incluyen otros agregados.

"En la composición de ciertos chocolates hay una alta cantidad de calorías y grasas saturadas, las cuales están relacionadas con el exceso de peso. Los flavonoides del cacao se hallan en mayor concentración en el chocolate amargo, por lo cual el consumo de chocolate con leche o el chocolate blanco no muestra los mismos efectos beneficiosos", aclara Antar.

El chocolate aumenta la serotonina, neurotransmisor que regula el placer, el sueño, la motivación y el estado de ánimo. Foto Shutterstock.

El chocolate aumenta la serotonina, neurotransmisor que regula el placer, el sueño, la motivación y el estado de ánimo. Foto Shutterstock.

"Se ha demostrado que estos flavanoles ejercen poderosos efectos antioxidantes al inhibir la oxidación de las LDL -agrega-, además de producir una disminución de la agregación plaquetaria y de la presión arterial. El chocolate negro contiene una alta cantidad de flavanoles, por lo cual su consumo se asocia a una protección de la salud cardiovascular y a otras patologías", explica.

Y agrega: "El efecto antioxidante y cardioprotector del chocolate ha sido demostrado en numerosos protocolos experimentales y estudios clínicos y epidemiológicos".

Agustina Murcho, nutricionista experta en trastornos alimentarios, habla de sus beneficios de manera integral: "En cantidades justas y en chocolates de buena calidad, nos aportan antioxidantes, poseen fibra, nos aumenta la serotonina, que es un neurotransmisor que regula el placer, el sueño, la motivación y el estado de ánimo".

"Obviamente, esto no quiere decir que haya que comer en exceso, sino que puede ayudar a beneficiarnos en algunos aspectos", reconoce.

Por qué incluirlo hasta en planes de descenso

Respecto a si le parece correcto que forme parte de un plan alimentario saludable, Murcho advierte que los alimentos placenteros no deben dejarse de lado, aunque hay que cuidar tanto la ración como la motivación.

"Yo lo recomiendo cuando a la persona le gusta y necesita esa 'dosis' de placer del día, que no significa un exceso. Uno puede comprarse un chocolate chico y comerlo en un momento del día donde sepa que se va a disfrutar, no en un momento donde uno cree que va a comer por alguna emoción o por ansiedad", recomienda,

Y ejemplifica: "Si yo disfruto de comer un chocolate después de la cena con un cafecito y una serie, está perfecto, pero uno solo. Y el saber que eso está habilitado, nos disminuye el deseo porque no tengo la incertidumbre de cuando lo voy a comer, que eso pasa con las dietas restrictivas. Uno se atraca con chocolate porque 'es la última vez' y no sabe cuándo volverá a comerlo", explica.

Recomiendan al amargo, en detrimento del blanco y el chocolate con leche. Foto Shutterstock.

Recomiendan al amargo, en detrimento del blanco y el chocolate con leche. Foto Shutterstock.

"En cambio, comerlo cuando quiera en porción chiquita, baja el deseo y lo disfrutamos y, a su vez, probablemente no lo queramos todos los días porque lo cotidiano se hace 'un poco menos deseable'", sostiene en línea con el paradigma de la no dieta, en donde se haga lugar al deseo.

En la misma dirección, Antar entiende al chocolate como esos alimentos que hacen bien porque se disfrutan: "Considero que incluir placeres de todo tipo en el plan nutricional de cada paciente permite entender que no hay prohibidos en nuestra alimentación, sino que hay alimentos que resultan naturalmente más energéticos o altos en grasas, y por eso debemos consumirlos en menor medida", adhiere.

"De esta manera, evitando esa mirada ansiosa sobre el hábito de alimentación, lograremos reducir la ansiedad que nos provoca realizar una dieta restrictiva que no es sostenible en el tiempo. ¡Sin placeres no hay equilibrio!", sentencia.

El desafío de incorporarlo en su medida justa

Sin embargo, a muchas personas puede costarles regular aquello que les gusta mucho. ¿Cuánto comer?

"A pesar de la gran cantidad estudios que han mostrado sus efectos benéficos, todavía no hay consenso sobre la cantidad óptima a consumir. De todos modos, puede sugerirse el consumo diario dentro de un plan alimentario saludable adecuado al paciente, ya que sabemos que consumir pequeñas cantidades de chocolate puede ayudar a prevenir enfermedades, como por ejemplo, las cardíacas", sostiene Antar.

Si bien es dificil ejercer parámetros universales, ya que cada plan alimenticio está basado en el propio peso, altura, gustos y condiciones físicas propias, Antar propone una medida: "Para poder incluirlo debemos a la vez reducir la ingesta de otros alimentos de alto contenido calórico no tan saludables con el fin de mantener un peso estable. Un ejemplo en general podría ser 1 barrita de 15 gramos de chocolate 70% cacao dentro de una alimentación equilibrada y variada", cierra.

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