Las autoridades advierten que las playas, donde han aparecido muertos peces y aves, podrán permanecer cerradas por meses

La costa de California ha sufrido este fin de semana uno de los derrames de petróleo más grandes de su historia reciente. Una filtración en un oleoducto submarino provocó que más de 120.000 galones de petróleo llegaran a las playas al sur de Los Ángeles. Las autoridades están investigando las causas de la fuga y han advertido que los responsables deberán asumir consecuencias. El “desastre ecológico” ya ha provocado la muerte de peces y aves, y las playas se mantendrán cerradas durante semanas o meses. “El impacto en el medio ambiente es irreversible”, alertó Katrina Foley, supervisora del condado de Orange, una de las zonas más afectadas.

Un total estimado de 126.000 galones (476.300 litros) se filtraron el sábado al mar y formaron una mancha de petróleo que cubría 33,7 km cuadrados en el Océano Pacífico, desde el Muelle de Huntington Beach hasta Newport Beach, a pocos kilómetros del sur de Los Ángeles. El derrame de petrolero constituye una de las situaciones “más devastadoras que nuestra comunidad ha enfrentado en décadas”, sostuvo el domingo la alcaldesa interina de Huntington Beach, Kim Carr. Por la noche, la Guardia Costera de Estados Unidos informó que las tripulaciones habían “recuperado” del agua alrededor de 3,150 galones de petróleo.

Tras horas de interrogantes sobre el origen del desastre, la madrugada del domingo finalmente se supo que el petróleo provenía de Platform Elly, un oleoducto operado por Beta Offshore, subsidiaria californiana de Amplify Energy Corporation. “Aunque la fuga no se ha detenido por completo, se ha completado el trabajo preliminar para reparar el área dañada”, comunicaron las autoridades locales.

El director ejecutivo de Amplify Energy, Martyn Willsher, afirmó el domingo por la tarde que la compañía está investigando el derrame. Las instalaciones que operan el oleoducto se construyeron a principios de la década de 1980 y se inspeccionan cada dos años, apuntó Willsher, incluido durante la pandemia.

A pesar de que el olor a petróleo y alquitrán comenzó a molestar a los vecinos el viernes y la mancha apareció la mañana del sábado, la compañía que opera el oleoducto no cerró las operaciones hasta esa noche. Al día siguiente, el petróleo seguía derramándose a unos ocho kilómetros de la ciudad costera de Huntington Beach. Carr advirtió que los litros de petróleo seguirán golpeando las costas de la zona durante “los próximos días”.

El Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California advirtió que es una “amenaza para la salud pública” consumir cualquier pescado y marisco extraídos cerca de la costa de Huntington Beach. En una conferencia de prensa, la alcaldesa advirtió el domingo que los “humedales se están degradando” y hay partes de la línea costera que “están cubiertas de petróleo”. “Hemos empezado a encontrar pájaros y peces muertos en la orilla”, agregó la supervisora Foley, representante de Orange. Los grupos ambientalistas han aprovechado el desastre para presionar para que California reemplace los combustibles fósiles por las fuentes renovables.

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Fuente: elpais.com