Meng Wanzhou fue detenida en el aeropuerto de Vancouver, en Canadá, en diciembre de 2018 a petición de Washington. Dos ciudadanos canadienses encarcelados en Asia también han sido liberados
La vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou, a su llegada a una vista judicial en Vancouver.
La vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou, a su llegada a una vista judicial en Vancouver.TAE HOON KIM / Reuters

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con Meng Wanzhou, hija del fundador de Huawei y vicepresidenta de la tecnológica china que está en medio de un pulso entre Washington y Pekín. La justicia estadounidense liberará a la ejecutiva asiática y le permitirá volver a su país casi tres años después de haber sido detenida en el aeropuerto de Vancouver, en Canadá, bajo la acusación de haber violado las sanciones económicas impuestas a Irán por la potencia occidental. La detención de la empresaria había elevado las tensiones entre las dos potencias y había tensionado la relación de Canadá y China. El gesto de este viernes, sostienen los analistas, pretende rebajar las fricciones entre las potencias justo cuando Washington impulsa una nueva estrategia militar en el Pacífico junto a Australia y el Reino Unido y relanza la asociación Quad con Australia, la India y Japón.

La liberación de Meng, de 49 años, llegará a cambio del reconocimiento público de la comisión de actos indebidos de menor entidad. “Al aceptar el acuerdo de diferimiento judicial, la señora Meng asume su responsabilidad en un esquema para defraudar a una institución financiera global”, ha dicho en un comunicado la fiscal Nicole Boeckmann, en referencia a HSBC, un banco que no menciona, pero cuyo nombre figura en los documentos judiciales. El acuerdo legal tiene una vigencia hasta diciembre de 2022 y Estados Unidos puede reactivar el proceso judicial si lo considera necesario. La directiva se había considerado no culpable de las acusaciones de fraude bancario y electrónico.

Horas después del anuncio, la juez Heather Holmes, de la corte suprema de Columbia Británica, dio por finalizados los trámites de extradición de Meng a Estados Unidos. La empresaria, ya libre, dio un mensaje a los canadienses a las afueras del tribunal. Agradeció al pueblo del país norteamericano por los inconvenientes causados y reconoció el trabajo de la embajada china en Ottawa para luchar por su liberación. “En los últimos tres años mi vida ha cambiado de arriba abajo. Fueron tiempos disruptivos como madre, esposa y ejecutiva... Fue una experiencia inestimable en mi vida”, afirmó Meng.

La hija del fundador de la compañía, Ren Zhengfei, había evitado la prisión con el pago de una fianza de 10 millones de dólares canadienses (7,8 millones de dólares) 11 días después del arresto. Permanecía a la espera de su extradición a Estados Unidos en un arresto domiciliario en una de las dos mansiones que posee en la ciudad de la Columbia Británica. Este viernes abandonó su residencia para acudir a una sala para conectarse a la vista judicial en Nueva York, donde se llevaba su caso.

La detención de Meng desató la venganza del gigante asiático. Considerada una maniobra política por el régimen de Xi Jinping, Pekín optó por suspender durante varios meses las importaciones de algunos productos agrícolas y cárnicos provenientes de Canadá. También fueron detenidos dos ciudadanos del país norteamericano, el empresario Michael Spavor y el diplomático en retiro Michael Kovrig, que fueron acusados de espionaje por los tribunales chinos en diciembre de 2018. Spavor fue condenado en agosto a 11 años de prisión mientras que Kovrig aguardaba su sentencia. Poco después de la liberación de Meng, ambos prisioneros fueron liberados y llegarán a América en las próximas horas, según informaron el primer ministro canadiense, Justin Trudeau y su canciller, Marc Garneau. El retorno de los Michael, como se los llama en Canadá, fue uno de los temas en la campaña electoral que concluyó con los comicios del lunes.

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En agosto, cuando se cumplieron 1.000 días de la detención de Meng, las autoridades chinas emitieron un comunicado en el que calificaban de arbitrario el arresto y consideraban el episodio un “incidente político” cuya finalidad era entorpecer el desarrollo de Huawei, el principal fabricante de teléfonos y el segundo mayor vendedor de equipos electrónicos, solo por detrás de Samsung. La empresa controla el 20% del mercado mundial y el año pasado ingresó 109.000 millones de dólares en ganancias, tres veces más que hace cinco años. La entrada al mercado de EE UU ha sido obstaculizada con sanciones por los reguladores ante temores de seguridad y espionaje industrial.

Las comparecencias relacionadas con el procedimiento de extradición comenzaron en marzo de 2019 en un tribunal de Vancouver. Miembros de la fiscalía y del equipo de abogados de Meng presentaron ante el juez los argumentos para evitar ser entregada a la justicia de Washington. Los puntos centrales pretendían establecer si las acusaciones formuladas por el Departamento de Justicia suponían una violación al código criminal canadiense. También pretendían probar las posibles influencias políticas que motivaron el caso y las violaciones de los derechos de Meng en el momento de su detención. La penúltima audiencia tuvo lugar el 11 de agosto. El fallo se esperaba para finales de octubre, pero no será necesario tras el acuerdo entre las partes.

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