Donald Trump pretendía remover a Jeffrey Rosen por Jeffrey Clark para revertir el resultado de las elecciones; Richard Donahue advirtió de las complicaciones.

“Todos los fiscales generales adjuntos del Departamento de Justicia (DOJ) dimitirían si usted reemplaza a Rosen por Clark", dijo Richard Donahue a Donald Trump durante una reunión celebrada el 3 de enero del 2021 en la Sala Oval de la presidencia, según consta en un informe del Senado de los Estados Unidos dado a conocer esta mañana.

El documento detalla los esfuerzos del entonces presidente Trump por utilizar al DOJ para revertir el resultado de las elecciones y las presiones ejercidas sobre el entonces fiscal general, Jeffrey Rosen, para lograr ese objetivo.

“Usted sólo diga que la elección fue corrupta y déjeme el resto a mí y a los congresistas republicanos”, habría dicho Trump a Rosen, según notas redactadas por el mismo Donahue en una reunión anterior del 27 de diciembre del 2020.

Con ese antecedente y la idea de que le habían hecho “fraude generalizado” Trump se reunió el 3 de enero en la Oficina Oval con Rosen, su adjunto Donahue y otros funcionarios que venían preparados para el plan de Trump de suplir a Rosen por Jeffrey Clark, quien parecía más dispuesto a perseguir las pistas del fraude electoral masivo que reclamaba el entonces presidente. Fue ahí cuando Donahue soltó al presidente aquello que “si reemplaza a Rosen habría renuncias masivas”.

Designado por Trump, el abogado Richard Donahue llegó en enero del 2018 a presidir la Corte Federal del distrito este de Nueva York y su firma aparece en casos donde la justicia alcanzó a varios mexicanos como Joaquín El Chapo Guzmán, Genaro García Luna y Salvador Cienfuegos, entre otros.

En la nevada tarde del 12 de febrero del 2019, luego de que El Chapo fuera hallado culpable de 10 cargos por un jurado, en tumultuaria conferencia de prensa, un sonriente Donahue dijo afuera de la corte de Brooklyn que “la condena era una victoria para el pueblo norteamericano que ha sufrido mucho y por largo tiempo por el veneno que Guzmán trasladó por la frontera sur. Y la condena también es una victoria para el pueblo mexicano que ha perdido cientos de miles de vidas humanas debido a la violencia”.

En julio del 2020, Donahue fue llamado por el presidente Trump a reforzar su equipo legal y, luego de que el fiscal general William Barr renunciara a mediados de diciembre sin haber hallado evidencia del fraude que Trump reclamaba, Donahue escaló al puesto de adjunto del nuevo fiscal general Rosen.

Pero muy pronto se hallaron a un desesperado presidente el cual les entregó una carta redactada por Clark que deseaban fuera distribuida por el Departamento de Justicia a funcionarios de Georgia advirtiéndoles sobre las presuntas “irregularidades” en la votación y llamando a que legisladores estatales a involucrarse. Clark calculaba que la misma misiva incluso se podría enviar a otros estados donde los seguidores de Trump alegaban como fraudulenta la votación ganada por Biden.

Pero tanto Rosen como Donohue se negaron a enviar la carta, hecho que desató la furia del presidente, quien ya calculaba nombrar a Clark como nuevo fiscal general. Finalmente, Trump desistió en su intento de restructurar el DOJ, ocupado como estaba en organizar la ahora mítica manifestación del 6 de enero a la que asistieron miles de sus seguidores y la cual culminó con el violento asalto al Congreso de los Estados Unidos.

Los hechos de ese día arrojaron la cifra de 6 muertos, más de 600 carpetas de investigación abiertas por el FBI, cientos de detenidos y procesados pero un puñado de prestigios intactos: los de Donahue, Rosen y los demás funcionarios que se negaron a cumplir los deseos de un presidente por orquestar un golpe de estado.

DMZ

Fuente: milenio.com