Con un nuevo récord absoluto para distancia en goles de campo, impuesto en la patada del triunfo con 2 segundos por jugar, fue suficiente para nombrar al estelar de Baltimore como el mejor de la jornada.

Con un nuevo récord absoluto para distancia en goles de campo, impuesto en la patada del triunfo con 2 segundos por jugar, fue suficiente para nombrar al estelar de Baltimore como el mejor de la jornada

Un nuevo domingo repleto de emociones a tope, y como consecuencia, otra jornada de múltiples actuaciones estelares, fue lo que dejó la Semana 3 de la NFL.

Un récord absoluto de la liga en los instantes finales para ganar uno de lo spartidos, sin embargo, fue lo que se llevó los reflectores como lo más destacado a nivel individual en la tercera jornada.

Por el tiempo más largo, se pensó que el récord de distancia de gol de campo de 63 yardas impuesto por Tom Dempsey en 1970 sería una de las marcas más difíciles de quebrar en la NFL. Pasaron 28 años para que se empatara por primera ocasión, cortesía de Jason Elam en 1998, y en el transcurso de los últimos 20 años, se empató tres veces más, por Sebastian Janikowski, David Akers y Graham Gano.

No fue hasta el 2013, cuando alguien por fin logró superar la barrera de las 63 yardas, cuando Matt Prater conectó desde 64 yardas en el 2013.

En el mismo día en que el propio Prater intentó romper su propia marca desde 68 yardas, infructuosamente, Justin Tucker, considerado por algunos como el mejor pateador en la historia de la NFL consiguió conectar desde 66 yardas para quedarse con el récord absoluto.

Las circunstancias de la patada le brindan elogios adicionales. Los Ravens estaban abajo en el marcador y restaban 2 segundos por jugar en el partido. Con la patada de Tucker, quien había convertido tres de sus cuatro intentos de gol de campo previos en el partido, desde 39, 50 y 32 yardas, los Ravens aseguraron una victoria dramática de 19-17 en un encuentro en que salieron sin una parte importante de su defensiva gracias a los protocolos de COVID-19.

Con el récord nuevo, Tucker alcanzó un total de 16 goles de campo convertidos de 16 intentos en el último minuto de tiempo regular, una tasa de efectividad perfecta en situaciones de apremio. Con esta actuación, era imposible pensar en otro jugador como el Coloso de la Semana que no fuera el pateador de Baltimore.

Menciones honoríficas

Josh Allen, quarterback, Buffalo Bills. Por segunda jornada consecutiva, los Bills fueron absolutamente dominantes, más cercanos a la etiqueta de favoritos de inicio de temporada que aquel equipo de Buffalo gris que cayó inesperadamente en la primera jornada. Allen completó 32 de 43 envíos para 358 yardas con cuatro touchdowns sin intercepciones, y anotó una vez más por tierra para entregar una actuación que encabezaría nuestra lista semana, de no haber sido por el récord de Tucker.

Peyton Barber, corredor, Las Vegas Raiders. Por segunda semana consecutiva, Josh Jacobs no pudo jugar para los Raiders, pero Barber se encargó de que no importara, con 111 yardas en 23 acarreos y 31 yardas en tres recepciones en la victoria de tiempo suplementario de Las Vegas ante unos Dolphins que pelearon con mucho orgullo como visitantes.

Myles Garrett, ala defensiva, Cleveland Browns. Se dice fácil, pero 4.5 capturas en un partido de NFL nunca son sencillas. Garrett culminó la temporada pasada en el grupo de primera línea entre los especialistas en cazar quarterbacks, pero ahora está a un pase de la élite, la crema de la crema, si no es que ya está allí. Chicago debe estarse golpeando en la cabeza por dejar caminar a Charles Leno Jr. después de seleccionar a Teven Jenkins en el draft.

Derrick Henry, corredor, Tennessee Titans. Es una delicia atestiguar cómo semana a semana, Henry se va fortaleciendo conforme transcurre el partido, y cómo se va disipando el deseo de los defensivos de derribarlo, conforme transcurren los periodos. No hay corredor más importante para el éxito de su equipo, y Henry lo confirmó con 28 acarreos para 113 yardas y tres recepciones para 31 yardas adicionales, castigando a una defensiva de Indy que prometía mucho más a inicios del año.

Justin Herbert, quarterback, Los Angeles Chargers. Con 26 completos de 38 intentos para 281 yardas y cuatro pases de touchdown sin intercepciones, Herbert se encargó de rostizar a la defensiva de Kansas City para sacar una crítica victoria divisional de visitante en Arrowhead Stadium.

DeSean Jackson, receptor abierto, Los Angeles Rams. Le bastaron tres recepciones a Jackosn para dejar su marca en el SoFi Stadium ante uno de sus equipos previos, los Buccaneers, acumulando 120 yardas y un touchdown en largos latigazos que siempre mantuvieron la distancia con respecto a Tampa Bay. Este ataque de los Rams podría estar alcanzado, apenas, su mejor momento.

Justin Jefferson, receptor abierto, Minnesota Vikings. No hay ninguna duda de que el receptor abierto de segundo año de los Vikes es una estrella genuina en la liga. Ante los Seahawks, Jefferson atrapó nueve pases para 118 yardas con un touchdown, manteniendo en jaque constante a los defensivos de Seattle.

Matthew Stafford, quarterback, Rams. Stafford fue otro de los pasadores con cuatro pases de anotación sin intercepciones en la jornada, despedazando pieza por pieza a una secundaria de los Buccaneers que echó de menos a varios jugadores importantes. Fueron 27 completos de 38 intentos para 343 yardas, en la hoja estadística de Stafford, quien debe estar agradeciendo al cielo noche tras noche poder abandonar Detroit vía canje en el receso de campaña.

Mike Williams, receptor abierto, Chargers. Con siete recepciones para 122 yardas, incluidos dos de touchdown, Williams fue el socio ideal para Herbert, imponiendo su tamaño sobre los backs defensivos de Kansas City a lo largo de la mayor parte del partido. La segunda de sus anotaciones, desde 4 yardas con 32 segundos por jugar, probó ser el touchdown definitiva en la victoria angelina.


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