Desde hace algún tiempo, la neurociencia ha aumentado notablemente su presencia en los medios de comunicación y en las investigaciones científicas de grupos que tratan de encontrar en esta ciencia respuestas difíciles de hallar de otra manera. Junto a ella, otros campos del estudio del cerebro y de la mente, como la psiquiatría, buscan dar pasos novedosos para localizar soluciones a problemas que la medicina convencional no tiene aún bien acotados o resueltos.

Este aumento del interés por nuevas formas de tratamiento ha dado lugar a la experimentación y al uso de técnicas poco habituales que, poco a poco, han empezado a dar resultados.

Uno de estos campos de investigación, el de la llamada medicina psicodélica, consiste en suministrar a los pacientes determinadas dosis de sustancias psicoactivas que puedan ser beneficiosas para curar o paliar ciertas disfunciones mentales.

Cuando hablamos de sustancias psicoactivas, no debemos pensar inmediatamente en drogas, sino en el uso de cantidades controladas de ellas con capacidad para obtener resultados que resulten beneficiosos y seguros para el paciente.

Así por ejemplo, se han efectuado ensayos clínicos en los que se han administrado cantidades muy precisas de éxtasis para conseguir que personas que sufren de estrés postraumático, como los veteranos de guerra, puedan ver aliviados sus síntomas.

No se trata de un ejemplo aislado. Psiquiatras y otros profesionales han encontrado un uso interesante para ciertas sustancias psicoactivas, en lo que ha acabado siendo denominado como la medicina psicodélica.

Los esfuerzos en este campo ya son considerables, pues se remontan a varias décadas atrás, y nadie como el periodista Don Lattin, interesado por este tema desde hace mucho tiempo, para traernos un resumen detallado y honesto de esta cuestión. Su investigación, que ha incluido la prueba de algunas de las terapias descritas, es probablemente la más completa realizada hasta la fecha y ofrece una visión amplia de las diferentes sustancias estudiadas, los obstáculos encontrados y los resultados detectados para personas con problemas como la drogadicción, la angustia por sufrir cáncer, el alcoholismo, etc.

Lattin ha entrevistado a psiquiatras, bioquímicos y expertos en las sustancias psicoactivas para desentrañar los pros y contras de su uso médico, pero tampoco ha olvidado aspectos colaterales como la historia de este campo, su legalidad, las diferentes y a veces encontradas propuestas de distintas escuelas de trabajo, etc.

Una de las principales conclusiones es que solo tras un riguroso estudio ha sido posible plantearse el uso responsable de unas sustancias que, sin control, son claramente perjudiciales para la salud. Pero de igual modo que el veneno de una picadura puede matar, y una cantidad pequeña del mismo puede servir para sanar, es lícito dedicar tiempo y esfuerzos para discernir hasta qué punto y en qué medida las sustancias psicoactivas tienen un futuro en la medicina.

Claro y concienzudo, el libro de Lattin arroja luz sobre un tema del que apenas se ha divulgado nada entre el gran público y que aún está revestido de considerable controversia.

Ediciones La Llave. 2021. Tapa blanda, 509 páginas. ISBN: 978-84-1614571-3

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Fuente: noticiasdelaciencia.com