Ya es una poderosa herramienta para muchas de las funciones médicas, pero es cara y en algunos lugares podría llegar a ser contraproducente. Satya Nadella, CEO de Microsoft, dijo hace dos años que la inteligencia artificial tal vez sería la tecnologí

Ya es una poderosa herramienta para muchas de las funciones médicas, pero es cara y en algunos lugares podría llegar a ser contraproducente.

Satya Nadella, CEO de Microsoft, dijo hace dos años que la inteligencia artificial tal vez sería la tecnología más transformacional de nuestro tiempo, y que “la salud es, tal vez, su aplicación más urgente”.

Desde entonces, la pandemia de coronavirus aceleró aun más el uso de IA. Los sistemas de vililancia enriquecidos con IA ayudaron a las autoridades a trastrear la propagación de la Covid.19 mientras modelos de machine learning ayudaron a los investigadores a desarrollar vacunas.

La promesa de IA en salud ya atrajo inversiones por valor de US$ 2.500 millones en 100 operaciones en los primeros tres meses de 2021, según datos suministrados por fierce Healthcare con su última investigación.

Pero la afamada publicación sobre temas de salud The Lancet advierte sobre demasiado ruido, tal vez exagerado.

Los médicos dicen que el camino hacia la medicina personalizada – ayudada por IA – todavía es muy largo y que la tecnología no puede llenar los vacíos dejados por la escasez de médicas y enfermeras.

Ajay Aggarwal, autor de Future of AI and Digital Healthcare, cree que los gobiernos todavía deben entender cuál es el valor de IA para los sistemas médicos: sin una evaluación rigurosa, implementar una tecnología tan costosa ofrece poco valor y podría resultar contraproducente. Podría no resultar; podría no mejorar la eficacia del cuidado; podría ser imposible de pagar o imposible de escalar y, en última instancia, podría desperdiciar los escasos recursos que se podrían usar para mejorar de otra forma los resultados de los pacientes.

Hay un ejemplo claro en Ghana, Tanzania y Botswana con el uso de software cloud para radioterapia. La tecnología fue usada eficientemente en Estados Unidos, pero en esos países tropezó con el primer obstáculo: bajas velocidades de Internet e incompatibilidad con los sistemas existentes que quedaron inservibles.
 

Fuente: mercado.com.ar