Ricardo Márquez volvió al gol para darle el triunfo al equipo de Alberto Gamero.

Millonarios había dependido durante casi todo el torneo de su nómina base, porque por cantidad, y en algunos casos por calidad, el técnico Alberto Gamero no había tenido la opción de rotar el equipo. Esta vez, uno de esos jugadores que pocos minutos había tenido en el campo, Ricardo Márquez, fue quien le salvó los tres puntos y lo metió en el primer lugar de la reclasificación. Además, con el 1-0, el equipo se quitó de encima una paternidad que Águilas Doradas le tenía desde 2015.

La titular de Millos es fácil de recitar. Salvo el caso del portero, que cambia de acuerdo con su rendimiento, son por lo menos ocho fijos. Ayer, Gamero movió el medio campo: apostó por Hárrison Mojica y dejó en el banco a Mackalister Silva. Y el cambio no le ayudó mucho para romper una defensa cerrada, muy metida en su campo, sin dejar espacio ni a un pase filtrado ni a la creatividad del rival.

Así las cosas, salvo un gol de Fernando Uribe bien invalidado por fuera de juego, Millonarios sucumbió al tener mucha posesión, pero pocas opciones reales de anotar, al menos en la primera etapa.

Millonarios desbarató la idea que había intentado aplicar en la primera etapa: Gamero sacó a Mojica y metió a Mackalister. Pero el partido no era muy distinto, porque Águilas Doradas hacía muy bien la tarea en su arco y los alrededores, defendiendo con todo, pero hizo olvidar a la gente que al otro lado había vuelto Juan Moreno a la portería en lugar de Christian Vargas.

Un infortunio terminó ayudando a Millonarios a resolver un juego que estaba enredadísimo. Émerson Rodríguez se quejó de calambres y pidió el cambio. Sin otro extremo en el banco, Gamero se la jugó por otra fórmula: meter a Ricardo Márquez, mandar a Silva a la banda y retrasar a Fernando Uribe.

Y el ‘Caballo’, tan criticado en otras ocasiones por su falta de gol, por algunas actitudes que lo sacaron de partidos importantes, como la final del semestre pasado, esta vez fue el héroe azul. A los 22 de la segunda etapa, tres minutos después de haber entrado a la cancha, fue a buscar en el área chica un centro de Andrés Felipe Román, estiró su pierna y la metió. Ahí, los 15.000 espectadores que había en El Campín respiraron profundo y comenzaron a celebrar.

Con el marcador a favor, Águilas Doradas se quedó sin respuesta y Millonarios, guiado por Silva, comenzó a manejar el juego con más tranquilidad. Solamente al final, un remate de Álvaro Angulo inquietó al portero Moreno.

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Fuente: eltiempo.com