La mamá de la joven asesinada en 2019 atendió a El Nuevo Día en su casa un día después del fallo de culpabilidad contra Jensen Medina y confesó que prefiere creer que su hija se fue de viaje “sin retorno'

Arellys Mercado Ríos hubiera regresado a casa de su madre la noche del 18 de agosto de 2019 para contarle cómo pasó el día de playa por Icacos y Palomino. Ese domingo, de seguro, continuaría la celebración, pues era fin de semana de cumpleaños; su madre había celebrado otro año más de vida dos días antes.

Desde hace dos años, doña Nitza Ríos Malavé celebra su natalicio cada 16 de agosto y 48 horas después recuerda la vida de su hija mayor, Arellys. De haber estado viva, la joven empresaria tuviera hoy 36 años. Fue asesinada a los 34.

“A veces no quisiera que llegara”, dice Ríos Malavé refiriéndose al mes de agosto.

Sin embargo, no tiene mucho espacio para duelo y tristeza, pero sí para honrar la memoria. Cada 26 de agosto celebra la vida de su segunda hija, Carla Camile, y un mes después el nacimiento de su nieto, que ya tiene un año.

“Dios es balanceado, porque Arellys pierde la vida un 18 de agosto del 2019 y tengo al par de meses a Carlita que me notifica que está embarazada. Tengo un nieto que nació el 11 de octubre del 2020 y este año pues ya tiene un añito. Fue un regalo, porque papa Dios es así”, expresó.

Las palabras de Ríos Malavé se dieron durante una conversación con El Nuevo Día en su residencia en Caguas. Tan solo habían pasado varias horas desde que el jueves la madre escuchó a la jueza Gema González declarar culpable a Jensen Medina Cardona por el asesinato de Mercado Ríos.

Culpando a la costumbre, doña Nitza contó que hoy se despertó temprano pensando que tenía que acudir al Centro Judicial de Fajardo hasta que recordó que el proceso había culminado y que ya no tiene que dar el viaje de más de 50 minutos desde Caguas hasta Fajardo.

“Es un gran alivio saber que no tengo que volver a ese salón frío”, dijo en referencia a la sala 305 del mencionado tribunal, el espacio que visitó por más de un año durante el juicio por el asesinato de su hija.

Incluso, todavía habla en presente como si el proceso continuara, a tal punto que no ha procesado la decisión de la jueza.

Estoy en medio de ese proceso, es muy pronto para uno asimilarlo todo”, expresó.

El juicio duró un año y nueve meses, pero el proceso judicial, considerando todas sus etapas, inició el 21 de agosto de 2019, cuando la Fiscalía de Fajardo le radicó un cargo por asesinato en primer grado y dos por violaciones a la Ley de Armas a Medina Cardona. Desde esa fecha hasta este jueves 28 de octubre, la extensión es de dos años y poco más de dos meses.

Las ausencias de Ríos Malavé a las vistas judiciales se pueden contar con una sola mano; no pasan de cinco ocasiones. Tan solo faltó en el 2020 cuando viajó a Carolina del Norte a ver a su nieto recién nacido.

Su comparecencia desde el inicio hasta el final fue, es y será recordada por siempre y así lo reconoce ella. Sin embargo, resaltó que no hubiese sido posible sin tener fe en Dios.

“Eso (mi comparecencia) no ha sido con mi fuerza. Mi fuerza me hubiera abandonado si yo no cuento con el Espíritu Santo. Mi secreto es haber contado con papito Dios. Yo confié en Dios y él no me dejó en vergüenza”, manifestó.

La razón de la posible debilidad que hubiera experimentado si no hubiese optado por la oración, destacó, es la relación tan cercana que tenía con Arellys.

De hecho, doña Nitza prefiere pensar que su hija, a quien describió como “una hija aventurera”, está de viaje “sin retorno”.

“El tener las fotos de ella por toda la casa me ayuda. Yo le doy la bendición. Y como ella ha viajado tanto, yo siento que ella está en un viaje. Un viaje sin retorno. Yo estoy confiada en que cuando llegue el tiempo de la resurrección nos vamos a encontrar”, aseveró.

Como ella ha viajado tanto, yo siento que ella está en un viaje. Un viaje sin retorno

Nitza Ríos, madre de Arellys Mercado

Tiene múltiples fotos de su hija en la sala de su hogar; cada una desde un punto distinto en el planeta, o desde un globo aerostático, por ejemplo. Curiosamente, en la mayoría de las fotos Arellys aparece con las manos abiertas hacia arriba. “Le encantaba posar así, con las manos hacia arriba. Mirando al cielo”, apuntó su madre.

Algunos de los lugares que visitó, de los que recuerda Ríos Malavé, fueron España, Irlanda, e Italia. En cada viaje, optaba por vuelos externos que la llevaban a extender su travesía y visitar otros países.

“Yo le decía: ‘A donde tú vas, yo siento que viajo contigo’, porque ella me enviaba los videos y fotos que tomaba”, añadió.

Nitza Ríos, la madre de Arellys Mercado en entrevista con El Nuevo Día en su residencia en Caguas.
Nitza Ríos con el diario en el que le escribió a Arellys Mercado cada paso que se desarrolló en su caso hasta el juicio. (Vanessa Serra Díaz)

No obstante, su espíritu aventurero, cultural y de vivir experiencias “peligrosas” como querer lanzarse de un paracaídas, no fueron las únicas virtudes y atributos que resaltó Ríos Malavé de su hija.

De hecho, el 27 de agosto de 2019, cuando familiares y amigos despidieron los restos de Arellys, todos resaltaron que ella nunca olvidaba los cumpleaños de ninguno de sus amigos.

El primero que siempre coordinaba y celebraba era el de doña Nitza. “Los cumpleaños que me celebraba, aunque fuera a las seis de la tarde ella venía con sus bizcochos, su bolsita, sus regalos...”, resaltó.

Tras su muerte, Ríos Malavé se preguntó qué sería de sus cumpleaños sin la presencia de Arellys, pero lo que nunca imaginó es que ninguno de los amigos y amigas de su hija se olvidarían de celebrarle la vida.

“Yo decía que quién se va a acordar de mí, pues fíjate que (este año) tuve siete bizcochos”, destacó con alegría.

Yo he heredado familia, amigos, he heredado los amigos de Arellys que son demasiados. Un grupo de viaje, un grupo de trabajo, un grupo de universidad... han estado ahí conmigo. No me han abandonado, siempre me mandan mensajes”, añadió.

Arellys cursó estudios en Administración de Empresas, con concentración en mercadeo. Además, estudió embalsamamiento y dirección de funerarias. Trabajó en múltiples funerarias alrededor de la isla, según su madre.

Contempla crear una fundación

Ríos Malavé aseguró que no descarta crear una fundación con el nombre de su hija para insertarse en la defensa por los derechos de las mujeres y la erradicación de la violencia machista.

Al tiempo, afirmó que está dispuesta a colaborar en cualquier esfuerzo social para esos fines y servir como una voz de fortaleza para familiares de víctimas de violencia de género.

Yo estaré a la orden de todo el que me necesite. Según yo he recibido apoyo de otras madres y de otras personas que han venido, me escriben y me envían mensajes de apoyo, pues yo quiero también estar dispuesta para otras madres. Perder un hijo es algo único”, continuó.

Asimismo, precisó que vio durante el transcurso de este caso que existen espacios para mejorar no solo en el sistema de seguridad pública en la isla, sino, además, en la convivencia social.

“(Aprendí) que existe maldad. En una isla tan pequeña es lamentable que ocurran tantos asesinatos. Jamás pensé que mi hija sería parte de una estadística de asesinato. También puedo entender que la salud mental de esta isla está gravemente afectada, porque hubiese sido diferente si el señor Medina hubiese tenido otra actitud con mi hija. Le hubiese dado las gracias por haberle guardado el celular. Tuvo la oportunidad de hacerlo, porque ya tenía el celular. Era decir ‘Gracias’, ‘Nos vemos’, o ‘Me gustaría conocerlos a ustedes’”, sostuvo.

Ríos Malavé señaló que le resta por completar una promesa que le hizo a su hija: detallarle cada paso que se logra en la búsqueda de la justicia por su muerte.

“Tengo que decirle cuál fue la solución a todo esto (el asesinato). Me tengo que sentar a escribirle y decirle que por fin logramos justicia. Que la persona que la privó de la vida ya va a pagar por lo que hizo y que algún día yo espero reencontrarme con ella”, puntualizó.

Fuente: elnuevodia.com