A 43 años de que Bucky Dent bateara su famoso jonrón en Fenway Park y pusiera casi en absoluto silencio a todo el estadio, a tantos años de ese 2 de octubre de 1978, tendremos otro juego de vida o muerte como aquel entre Medias Rojas y Yankees, otra

A 43 años de que Bucky Dent bateara su famoso jonrón en Fenway Park y pusiera casi en absoluto silencio a todo el estadio, a tantos años de ese 2 de octubre de 1978, tendremos otro juego de vida o muerte como aquel entre Medias Rojas y Yankees, otra noche como aquella en el viejo Fenway.

Esta vez es un Juego de Comodines. En 1978, tras una de las más memorables luchas divisionales en la historia del béisbol – con los Yankees remontando tras haber estado atrás 14.5 juegos en julio para sentenciar a los Medias Rojas – el ganador de aquel juego de desempate pasó directo a la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Esta vez, el ganador comprará su boleto para viajar al Tropicana Field de St. Petersburg y medirse a los Rays la noche del jueves en el Juego 1 de su Serie Divisional.

Eso no cambia el hecho de que a lo largo de la historia hemos tenido algunos juegos así entre Medias Rojas y Yankees.

Por supuesto, el viaje a la Serie Mundial no estará sobre la balanza la noche del martes, como sí lo estuvo en 2003 y 2004, cuando los dos equipos batallaron hasta el Juego 7 de la SCLA. Y hace sólo tres años disputaron un dramático Juego 4 en la SDLA en el que Boston eliminó a su eterno rival.

Aquel juego fue en el nuevo Yankee Stadium. Esos Juegos 7 del 2003 y 2004 fueron en el viejo estadio del Bronx. El drama será ahora en el Fenway y ambos equipos podrán revivir para todos nosotros un momento del pasado.

Es mucho lo que ha cambiado. El béisbol ha cambiado. El formato de la postemporada es distinto. Pero habrá algo de aquella sensación del 2 de octubre de 1978 la noche del martes en Fenway, pueden estar seguros de eso.

Antes de que sus Yankees enfrentaran a los Medias Rojas aquel día en 1978 – un día en el que su jonrón terminó representando la diferencia en la victoria 5-4 de los Yankees – Reggie Jackson se paró en la jaula de bateo y dijo, “Que la temporada se decide en un juego así, entre ellos y nosotros, es perfecto”.

Luego sonrió y dijo, ‘A ver, ¿qué otros equipos querías jugando hoy?”.

Jackson bateó un jonrón en las postrimerías del juego, Dent pegó el suyo contra Mike Torrez más temprano y Carl Yastrzemski entregó el último out con un elevado ante Rich Gossage. Lou Piniella hizo una grandiosa atrapada en el jardín derecho para tomar un batazo de Fred Lynn y luego, en el noveno inning y a pesar de perder la bola en el sol, atrapó milagrosamente un batazo de Jerry Remy. Y Rick Burleson no avanzó hasta tercera base, desde donde hubiese anotado la carrera del empate con el elevado de Jim Rice que también tomó Piniella.

Cuando terminó aquel día, y Fenway estaba todavía más callado que cuando salió el jonrón de Dent, me encontré a Piniella sentado frente a su casillero. Le dije que en el clubhouse de Boston había mucha gente preguntándose qué hubiese pasado si no sucedían ciertas cosas, refiriéndose principalmente a la tarde mágica de Piniella en el outfield.

Levantó la cara y respondió: “Mira, no por nada somos los campeones del mundo”.

Esos Yankees terminaron ganando su segunda Serie Mundial en fila. Los Medias Rojas se fueron a su casa, en aquel punto todavía buscando su primera Serie Mundial desde 1918. Ahora, las cosas han cambiado en La Rivalidad. Los Medias Rojas han ganado cuatro veces la Serie Mundial en las últimas 18 temporadas, por apenas una de los Yankees. Los Patirrojos derrotaron a los Bombarderos en el Juego 7 después de remontar tras estar abajo 0-3 en aquella SCLA del 2004. Le pusieron fin a otra campaña de Nueva York hace tres años, cuando Craig Kimbrel, de alguna manera, logró sobrevivir en el noveno inning del Juego 4.

Ahora los Medias Rojas tendrán la oportunidad de poner fin a otro año de los Yankees la noche del martes en Fenway, sólo nueve días después de que los del Bronx los barrieran en Boston, un golpe que por momentos pareció que los iba a sacar del Comodín, especialmente después de que fueron a Baltimore y perdieron dos de tres.

Pero luego los Yankees perdieron dos de tres contra los Rays en el Bronx, y estuvieron muy cerca de terminar disputando un juego de desempate contra los Azulejos hasta que Aaron Judge dio ese rodado de oro hacia segunda base en el cierre del noveno inning el domingo. Así fue como llegaron hasta este juego del martes. ¿Los Medias Rojas? Remontaron tras estar abajo 5-1 el domingo contra los Nacionales, con el dominicano Rafael Devers (de 5-4) cargándolos así como solía hacerlo su compatriota David Ortiz en esta época del año, finalmente conectando un jonrón de dos carreras en la alta de la novena para poner arriba a Boston.

“Ningún momento es muy grande para él (Devers)”, dijo su manager, el puertorriqueño Alex Cora, tras la victoria el domingo.

Ahora nos toca otra batalla entre Medias Rojas y Yankees en el Fenway. Boston dominó a Nueva York en el arranque del año. Los Yankees hicieron lo propio en los meses finales. Nathan Eovaldi, que ganó aquel Juego 3 clave de la Serie Divisional del 2018 en Yankee Stadium, tomará la pelota por los de casa. Gerrit Cole lo hará por los Yankees, con la responsabilidad de ganar el tipo de juego por el cual los Yankees le pagaron US$324 millones como agente libre.

Alguno irá a St. Pete. El otro se irá su casa. Los Medias Rojas y los Yankees en Fenway otra vez, con la temporada en juego. Reggie tenía razón en 1978 y la sigue teniendo ahora. Es perfecto que la historia, para estos dos equipos, termine así. Algunas veces pareciera que esta es una gran rivalidad solo en nombre. Pero ese no será el caso la noche del martes.

Fuente: mlb.com