El vídeo de la policía de Moab, Utah, indigna a los expertos en violencia doméstica. Los agentes calificaron el altercado de la pareja como una 'crisis emocional'-de ella- a pesar de que ambos mostraban patrones de comportamiento clásicos en casos de maltrato machista, según especialistas.

Ella estaba llorando, nerviosa, parecía tener miedo. ´Él se presentaba tranquilo, imperturbable, como si cualquiera que fuera el problema no tuviera nada que ver con él. Eran Gabby Petito y Brian Laundrie el 12 de agosto en una parada policial de carretera, un mes antes de que ella apareciera muerta y él desapareciera.

"Reconocemos que la muerte de Petito dos semanas después de la parada policial puede llevar a la especulación, a posteriori, sobre las acciones que se tomaron durante el incidente en Moab", indicó la policía local en su comunicado.

Y añadió: "Tenemos estándares claros para la conducta de los agentes durante una posible disputa doméstica y están entrenados para seguirlos y respetar el protocolo".

Sin embargo, los expertos y activistas de violencia de género se han manifestado estos días muy sorprendidos -e indignados- porque en el vídeo del caso "se ve claro" que los agentes desconocen los signos de alerta más básicos con los que se identifica una situación de maltrato a la mujer.

"Para mí ha sido muy difícil de ver ese vídeo porque está tan claro desde el principio que estamos ante una situación donde hay una víctima de violencia doméstica y un agresor", dijo a Univision Noticias Ruth M. Glenn, presidenta de la National Coalition Against Domestic Violence (NCADV).

Patrones de violencia machista

Glenn considera que los agentes que hicieron parar a Petito y Laundrie "manejaron mal el caso desde la perspectiva de la intervención en violencia doméstica", aunque no cree que lo hicieran deliberadamente sino por desconocimiento.

" Se ve claro en el vídeo que no entienden las dimámicas de la violencia doméstica. Obviamente estamos ante una falta de formación en cómo lidiar con una situación así", indicó.

La experta está "absolutamente segura" de que la investigación "revelará que hubo varias cosas que tenían que haberse hecho de manera distinta".

La primera de ellas, saber identificar las señales de alerta. Que ella llorara, estuviera nerviosa y asumiera toda la culpa, mientras él se mostraba tranquilo y hacía camaraderías con los agentes es un patrón clásico de comportamiento en una situación de violencia doméstica, explica Glenn.

"En un altercado que no es violencia doméstica las dos partes suelen mostrarse muy alteradas, pero aquí vemos claro que Petito y Laundrie actúan de manera muy diferente, esa es la primera señal de alerta", indica.

Otro error de los agentes, según su análisis, es no entender que " a menudo el agresor principal acaba con arañazos o heridas similares cuando la víctima trata de defenderse de alguna acción suya". En este caso, ella se los hizo para tratar de que él no la dejara fuera de su propia furgoneta. Él dijo que lo hizo para que ella pudiera tomar aire y calmarse.

"Se ve en el vídeo cómo él manipula la situación y ella actúa mostrando miedo, asumiendo la culpa. Quizás ella temía lo que pudiera pasar cuando se fueran los agentes o probablemente no quería que él acabara en la cárcel", apunta Glenn.

Faltó una evaluación más profunda

Glenn considera que una de las cosas que deberían haber hecho los policías era pedir la intervención de un especialista en violencia de género para hacer una evaluación más completa de la situación.

"Es una señal de alerta que ella insista tanto en asumir toda la culpa, en autocriticarse, había que haberle preguntado, con calma, por qué estaba haciendo eso", señala.

Y añade: "Está claro que ella tiene angustia y miedo, y eso alguien con la formación correcta lo capta inmediatamente".

El agente encargado de redactar el informe de esta parada policial calificó lo ocurrido como un "incidente mental, emocional" y no como una situación de violencia doméstica.

"Me perturba mucho que lo clasificaran como un indicente mental y no vieran que la víctima estaba angustiada porque algo había ocurrido entre ellos", dice Glenn.

La etiqueta de "histérica" sobre la mujer

En el informe también se describe a Petito como "confundida y emocional". "Vivimos en una sociedad patriarcal que ve a las mujeres como menos, como personas que no controlan sus emociones, que las etiqueta como histéricas, emocionales", indica la experta al respecto.

Ese patrón patriarcal lo detecta Gleen también en la camaradería que muestra Laundrie con los agentes y en cómo ellos responden a esto.

"Lo que vemos en este caso explica por qué muchas mujeres temen llamar a la policía cuando sufren una situación de violencia, saben que es posible que no entiendan lo que les está sucediendo", apunta.

Su opinión es que de haber consultado con un experto en violencia doméstica, se habría decidido detenerle a él y protegerla a ella en un lugar donde se sintiera cómoda para hablar con un especialista en maltrato a la mujer. "Si esto se hubiera manejado bien, ella quizás estuviera viva y él en la cárcel".

También le sorprende la decisión policial de enviarle a él a dormir a un hotel pagado y a ella ordenarle que durmiera sola en su furgoneta "en un lugar tan vasto y aislado" como lo es donde les pararon en Utah.

"Personalmente, según mi experiencia, creo que es altamente probable que este hombre se quite la vida. Alguien que quiere mostrar tanto que tiene el control, incluso con su lenguaje corporal, encontrará como última forma de control el tomar su propia vida", pronostica la especialista.

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