Las heces y la orina recolectadas reemplazarían el trámite de entregar muestras al médico. Lo desarrollan en EE.UU..

Casi todos los dispositivos electrónicos que se utilizan cotidianamente han tenido una transición hacia una mayor inteligencia que los ha hecho más funcionales. Los inodoros, que también se usan diariamente, siguen imperturbables al paso del tiempo.

Cierto es que algunos modelos escupen un chorro de agua y otros calientan la taza. Solamente en países tan tecnológicos como Japón hay lavabos excepcionalmente modernos. Más allá de esto no ha habido ningún cambio significativo.

Sonia Grego, investigadora de la Universidad de Duke, Estados Unidos, y cofundadora de Coprata, quiere que esto cambie. Para ello, está trabajando en un retrete inteligente que pueda detectar que algo no anda bien en la salud de su usuario.

Los inodoros inteligentes recogen muestras y las analizan Los lavabos inteligentes recogen muestras y las analizan. Imagen Duke University

Los inodoros inteligentes recogen muestras y las analizan Los lavabos inteligentes recogen muestras y las analizan. Imagen Duke University

La idea de Grego es que usando sensores y la inteligencia artificial se pueda hacer un análisis de las heces cuando se vaya al baño. Básicamente, con estos lavabos se sustituiría el proceso de llevar muestras de heces y orina al médico para que las analice.

Grego cree que las muestras de heces recolectadas en su lavabo inteligente podrían proporcionar información precisa sobre enfermedades crónicas o incluso cáncer de los usuarios si se emplea la tecnología apropiada.

"Se podrían recibir alertas personalizadas para tener más fibra o evitar ciertos alimentos para ciertas dolencias", afirma Grego, que cree que estos dispositivos darían mucha tranquilidad porque detectarían enfermedades o dolencias en un estadio muy temprano.

La experta, en este sentido, considera que los inodoros inteligentes serían como una especie de Apple Watch o pulsera de actividad, que son capaces de medir la presión sanguínea y otros indicadores. De la misma manera, el lavabo de Grego se conectaría a una aplicación para móviles en la que se almacenaría toda la información conseguida.

Estarían en el mercado a finales de año

La Universidad de Stanford también está trabajando en esta dirección. Mientras que Grego tendrá un prototipo para de aquí a nueve meses los expertos de la School of Medicine ya tengan un primer modelo de lavabo con cámara y una inteligencia artificial entrenada para analizar el color, textura y volumen de excrementos y orina.

El inodoro es capaz de identificar usuarios por su huella anal (Universidad de Stanford).

El inodoro es capaz de identificar usuarios por su huella anal (Universidad de Stanford).

La cámara que se utiliza tiene capacidad de leer la huella anal de las personas por lo que sabrá en todo momento de quién es la muestra que está analizando.

La investigación publicada en la revista Nature Biomedical Engineering se muestra al inodoro con su sistema de sensores y cámaras. Fue probado con más de 60 personas y mediante inteligencia artificial y reconocimiento de imágenes es capaz de analizar a quienes lo están utilizando.

El inodoro no solo tiene sensores de visión sino que trae tiras reactivas de orina para analizar el pH, la presencia de proteínas, glucosa y detectar posibles infecciones, dice Xataka. El mismo tiene un lector llamado "Analprint Scan", que realiza un escaneo del ano de cada usuario para relacionar los datos obtenidos.

Los investigadores de Stanford ya han cerrado un acuerdo con la compañía coreana Izen, que se encarga de fabricar retretes, para poder sacar este modelo inteligente al mercado a finales de año.

Con información de La Vanguardia

Fuente: clarin.com