Un grupo de científicos entran a un pozo que se cree tiene características sobrenaturales. El pozo del infierno en Yemen

Un grupo de espeleólogos omaníes deciden explorar el interior del pozo ubicado en Barhout, Yemen. El lugar es evitado por los lugareños debido a que creen que es una prisión para demonios.

El “pozo del infierno” es un agujero redondo de 30 metros de diámetro y unos 100 metros de profundidad, está ubicado en el desierto de la provincia de Al Mahra de Yemen, y es conocido por los lugareños como un lugar sobrenatural.

Un equipo de espeleólogos procedente de Omán se adentró a las profundidades del pozo para desvelar lo que tenía en su interior. Dentro del lugar encontraron serpientes, animales muertos y perlas de las cavernas grises y verdes formadas por gotas de agua.

No se encontró ningún indicio de seres sobrenaturales, ni de olores llamativos, como azufre u otros, muy famosos en temas paranormales. Solamente el olor de pájaros muertos, cuenta el jefe del equipo de ocho espeleólogos que se ha lanzado en esta aventura por “pasión”.

El pozo nunca había sido explorado.

Varios altos cargos yameníes, dijeron a la AFP en junio que se cree que el lugar tiene “millones” de años e ignoraban lo que había en este hoyo. Según ellos debido a que el país es muy pobre y está en guerra, las autoridades nunca exploraron el fondo del pozo.

“Entramos en el pozo. Llegamos a más de 50-60 metros de profundidad y sentí cosas extrañas en el interior”, explicó entonces Salah Babhair, director general de la autoridad local que se encarga del estudio geológico y los recursos minerales.

Por estas razones muchas personas no se acercan a este pozo, las supersticiones locales dicen que los objetos cercanos al agujero son succionados por él.

Otros mitos que se extienden sobre el pozo son los que dicen que son la morada de “djinns”, seres representados como genios en las culturas arábigas. Que pueden ser buenos o malignos.

Mohamed al Kindi, profesor de geología en la universidad alemana de tecnología de Omán, menciona que han “recogido muestras de agua, rocas, tierra y de algunos animales muertos, pero todavía hay que analizarlos antes de publicar un informe”.

También “había serpientes, pero no te hacen nada si no las molestas”, declara a la AFP.

Según la ONU, Yemen vive la peor crisis humanitaria del mundo: con 30 millones de habitantes al borde de la hambruna y un 80% de la población que depende de la ayuda internacional.


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