Por fin, la estrella de la franquicia James Bond se despide del 007 con ‘Sin tiempo para morir’ (y se entera de su vida como meme).

Hace más de un año y medio, Daniel Craig y yo nos reunimos en el Museo de Arte Moderno para hablar de su última película de James Bond, Sin tiempo para morir, y despedirnos del fino superespía que ha estado interpretando desde 2006.

Cuando nos sentamos en nuestra mesa en una sala privada del restaurante Modern, Craig me ofreció un poco de desinfectante de manos. “Esa cosa es oro en polvo”, dijo de pronto. “Es una locura: la gente lo vende como a 25 dólares cada uno”.

Resulta que quizás eso fue lo más importante de la entrevista. Pasamos la siguiente hora enfrascados en una cortés conversación sobre el rodaje de Sin tiempo para morir (cuyo estreno estaba previsto para dentro de un mes), y sobre lo contento que estaba tanto con el trabajo que había hecho como con haber terminado sus obligaciones.

Nos despedimos y, dos días después, MGM y los productores de la franquicia Bond anunciaron que retrasaban el estreno de Sin tiempo para morir hasta noviembre, alegando su “cuidadosa consideración y evaluación exhaustiva del mercado mundial del cine”. (“Se trata de una decisión puramente económica, entendemos, y no basada en los crecientes temores sobre el coronavirus”, escribió en ese entonces la publicación especializada Deadline de forma poco convincente).

Aunque no tenía ninguna película que promocionar, Craig presentó el episodio de ese fin de semana de Saturday Night Live, que incluía un segmento alegremente tonto sobre cómo el coronavirus podría afectar a la producción de telenovelas, y la presentación por parte de Craig del invitado musical, The Weeknd, realizada con un inesperado disfrute. Al día siguiente, él y su esposa, Rachel Weisz, y su familia abandonaron Nueva York y el país se sumergió en la pandemia.

Cualquier sensación de frivolidad, libre de consecuencias, ha escaseado en los meses siguientes. Aunque la trayectoria de la pandemia sigue siendo incierta y la taquilla oscila de semana en semana, MGM —que postergó el estreno de la película dos veces más— se comprometió a lanzar Sin tiempo para morir.

Una escena de ‘Sin tiempo para morir’, que se retrasó varias veces por la pandemia. “Estoy desesperado porque la gente la vea y espero que le guste”, dijo el actor.
Nicola Dove/MGM

Ha sido una despedida incómoda e interminable para Craig, de 53 años, quien, desde el momento en que fue elegido para suceder a Pierce Brosnan como 007, nunca encajó de forma obvia o elegante en el personaje. Su aspecto era demasiado rudo; su currículum cinematográfico, demasiado escaso; su pelo, demasiado rubio.

Como me dijo en aquella entrevista inicial, supuso que le habían invitado a la audición como carne de cañón, para hacer más fácil la elección de alguien más para el papel. “Yo solo estaba entre la mezcla, alguien a quien descartar”, dijo, y añadió que, en el mejor de los casos, pensaba que le darían un papel de villano prescindible: “Aquí tienes, ten un malo”.

En cambio, Craig convirtió su debut, Casino Royale, en la rápida continuación de 2008, Quantum of Solace, y en las secuelas más épicas Skyfall (2012) y Spectre (2015). Sus películas de Bond, que han recaudado más de 3000 millones de dólares en todo el mundo, se han vuelto cada vez más ambiciosas en escala y vertiginosas en duración.

A pesar de los indicios de que se ha desilusionado con la franquicia —cuando Time Out le preguntó si podía imaginarse haciendo otra película, dijo: “Preferiría romper este cristal y cortarme la muñeca”— y de las intermitentes lesiones que ha sufrido en ella, Craig dijo que quería una última vez de su huraño e impasible Bond para completar la historia que comenzó Casino Royale.

“Hay una consistencia que quería ponerle”, me dijo en ese entonces. Y añadió entre risas: “Quizá se me recuerde como el Bond gruñón. No lo sé. Ese es mi Bond y tengo que afrontarlo, ese ha sido mi Bond. Pero estoy bastante satisfecho con eso”.

Devin Oktar Yalkin para The New York Times

Pero hacer Sin tiempo para morir, incluso en los excitantes viejos tiempos de 2018 y 2019, no fue una tarea fácil para Craig, que fue coproductor en ella y en Spectre. Danny Boyle aceptó el puesto de director y luego lo abandonó alegando diferencias creativas; Cary Joji Fukunaga dirigió la película en su lugar. Craig se lesionó el tobillo durante el rodaje y tuvo que someterse a una pequeña intervención quirúrgica.

Entonces, el actor —cuya permanencia en el papel de Bond, alargada por la pandemia, ha superado la de cualquiera de sus predecesores— tuvo que esperar 18 meses para estrenar la película de dos horas y 43 minutos que lo liberaría finalmente de sus obligaciones con el Servicio Secreto de Su Majestad. En el ínterin, ya ha rodado la secuela de Entre navajas y secretos, la película policíaca de Rian Johnson de 2019, en la que retoma su papel de Benoit Blanc, el caballero detective cuya cultivada extravagancia parece un comentario sobre todo lo que Craig no pudo hacer como James Bond.

Cuando volvimos a hablar por teléfono en septiembre, Craig se mostró reservado y un poco más relajado. El hecho de saber que Sin tiempo para morir estaba a punto de ver la luz le había dado la libertad de reflexionar, hasta cierto punto, sobre lo que significaba su experiencia como Bond. Cuando se le pidió que comentara los acontecimientos que podrían afectar al futuro de la franquicia Bond —como, por ejemplo, los planes de Amazon de comprar MGM— su brevedad fue elocuente.

Y, por supuesto, el hermético actor se guardaba un secreto más bajo la manga: poco después se anunció que va a protagonizar una nueva producción de Broadway de Macbeth, en la que interpretará al poderoso barón del título junto a Ruth Negga como Lady Macbeth. (Se espera que esta producción, dirigida por Sam Gold, comience los preestrenos en el Lyceum Theater el 29 de marzo y se estrene el 28 de abril).

Como diría Craig en más de una ocasión durante nuestras conversaciones, él solo es un actor y no hay que confundirlo con su ex-alter ego.

“Lo único que quería hacer era ganarme la vida”, dijo sobre la actuación. “Quería no tener que servir mesas, algo que estaba haciendo desde los 16 años. Pensé que si podía hacerlo y pagar el alquiler, entonces era un éxito”.

“Créeme, soy un simple mortal”, dijo.

Craig habló sobre la larga espera de Sin tiempo para morir y compartió —por ahora— sus últimas reflexiones sobre James Bond. Estos son los extractos editados de otras dos conversaciones.

¿Cómo ha sido el último año y medio para ti? ¿Cómo están las cosas, sea lo que sea que eso signifique para ti?

Están tan bien como pueden estar. Soy increíblemente afortunado por tener una familia maravillosa y también por haber tenido un lugar fuera de la ciudad adonde poder ir y alejarnos de la locura. Dejamos la ciudad el 8 de marzo. La noche anterior, hice Saturday Night Live, que fue realmente surrealista. Ha sido un año duro para todos y hemos tenido cosas que no han sido muy agradables, pero así pasa.

Devin Oktar Yalkin para The New York Times

¿Es una lección de humildad interpretar a estos personajes que se definen por ser capaces e ingeniosos y luego tener una experiencia en la vida real que te recuerda que todos estamos a merced de fuerzas superiores?

Bueno, yo no me siento así. Me siento como un ser humano normal la mayor parte del tiempo. No siento ninguna conexión con los personajes que interpreto. Quiero decir, en absoluto. Son solo eso. Muchas cosas se han relativizado. Es difícil no mirar el mundo de una manera distinta. Estoy seguro de que a todos les pasa lo mismo.

Está circulando un video de un discurso cuando te dirigiste a tus colegas y al equipo al final del rodaje de Sin tiempo para morir. Al final se te saltaron las lágrimas, y fue muy reconfortante ver que mostrabas emociones, que podías ser así de vulnerable.

No me muestro al mundo tanto como a la gente le gustaría, pero es mi elección. Probablemente eso me ha metido en problemas y ha hecho que la gente se forme su propia opinión sobre mí. Pero soy un ser humano increíblemente emocional. Soy un actor. Quiero decir, eso es lo que hago para vivir. Y el clip del que hablas es el final de 15 años de mi vida en los que he puesto todo lo que pude. Sería una especie de sociópata si no me emocionara un poco al final. Afortunadamente, no soy un sociópata.

Si las cosas hubieran seguido su curso hace un año y medio, podrías haber disfrutado de una vuelta triunfal de la victoria. ¿Lo de ahora se siente como algo más discreto?

Pon covid al final de cada frase. Soy muy optimista con todo esto. Me alegro de que hayamos podido llegar a esta fase porque, Dios sabe, hace un año y medio nada de esto tenía sentido ni parecía remotamente posible. Estoy increíblemente feliz de haber llegado a un punto en el que podemos conseguir que el público vaya a verlo. Estoy desesperado porque la gente la vea y espero que le guste.

¿Cuántos otros proyectos ocupan 15 años de la vida de alguien? Por lo general, al final se obtiene un doctorado o una cátedra con tu nombre.

Eso es cierto [risas]. No tengo ninguno de los dos, ni mucho menos. Pero es muy amable de tu parte si quieres ponerlo en esos términos.

¿Qué extrañarás de Bond?

El enorme esfuerzo de equipo que se necesita. Han pasado casi cinco años desde que empezamos este proyecto, por muy frustrante y angustioso que sea. A veces parece que no va a salir adelante, pero es un proceso increíblemente creativo y lo echaré de menos. Tengo otros proyectos que hacer, y me recompensarán, pero no hay nada como una película de Bond.

¿Te hará falta algo en particular sobre el personaje?

Lo he hecho. He dado todo lo que pude. Está tan presente como siempre lo estará para mí. Quiero decir, ¿quién sabe? No tengo una respuesta clara para eso.

Jay Maidment/MGM y Columbia Pictures
Karen Ballard/MGM y Columbia Pictures
Jonathan Olley/MGM y Columbia Pictures
Francois Duhamel/MGM y Columbia Pictures

Eres padre. ¿Crees que Bond significará algo para tus hijos y su generación?

Si entiendes a los niños tanto así, diría que deberías tener una cátedra. No entiendo tan bien a los niños. Son un enigma para mí, y si en el futuro sacan algo de estas películas, ese es su camino, no el mío.

¿Estás involucrado en la búsqueda de tu sucesor?

En lo absoluto.

¿Lo prefieres así, o simplemente es como son las cosas?

En realidad no tiene nada que ver conmigo. Sea quien sea, buena suerte. Espero que se lo pase tan bien como yo y que sigan haciendo películas interesantes y relevantes.

La pasada primavera, Amazon dijo que comprará el estudio MGM, que hace las películas de Bond, en parte para poder tener una participación en el futuro de la franquicia. Eso…

Ya sabes, ¿buena suerte? Estoy muy contento con la gente de MGM. He trabajado con ellos durante mucho tiempo. No estoy tratando de ser político. Es que eso no tiene nada que ver conmigo

Mientras te despedías de Bond, encontraste el éxito con el papel de Benoit Blanc, y Entre navajas y secretos se está convirtiendo en una franquicia. ¿Te sientes como Michael Corleone en El Padrino: Parte III: “Justo cuando pensaba que estaba fuera, me vuelven a meter”?

Escucha, escribe eso si quieres [risas]. Quiero decir, ¿cuán suertudo soy? Tengo la oportunidad de trabajar con Rian Johnson en algo que es increíblemente satisfactorio y divertido.

Claire Folger/Lionsgate

Benoit Blanc tiene un carácter elusivo, juguetón y muestra una gran comodidad, casi es un contraste deliberado con la rigidez de Bond. ¿Sentiste que ese papel te daba más espacio para jugar?

Pero es la naturaleza del papel. Bond es lo que es, y Benoit es muy diferente. No es por ser brusco pero, como actor, ese es mi trabajo: interpretar papeles que son diferentes. Recibí el guion para eso, y me dije: ¿en serio? Es increíble, como lo fue cuando recibí Casino Royale.

Mientras hablamos, es viernes por la tarde, y estoy a punto de ver mis redes sociales plagadas con un video tuyo declarando que es el fin de semana. ¿La popularidad de esto te ha llegado de alguna manera?

No, ¿qué es eso?

Hay un clip tuyo de aquel “Saturday Night Live” que presentaste, anunciando a The Weeknd con casi una sensación de alivio. A la gente le gusta publicar ese clip como una forma de iniciar el fin de semana.

¿Lo hacen? Es increíble. No sé lo que es, pero gracias. Es adorable. Supongo que tendría que tener redes sociales para saber de qué se trata.

Vuelves a Broadway el próximo año para protagonizar Macbeth. ¿Qué te hizo interesarse por esa obra en particular?

Es la única otra obra de Shakespeare que he leído. [Risas]. No, siempre ha sido una de mis favoritas. Es muy difícil. Es de ritmo rápido y no es especialmente larga. Hay una oportunidad de hacer algo. Broadway se ha llevado tal golpe, como cualquier otra industria, y podemos hacer algo espectacular y mágico y raro para ayudar a darle el mayor impulso posible. Sé que podemos hacer una producción maravillosa. Habrá muchas cosas en marcha en Broadway el próximo año, y yo quería participar.

¿Cómo se prepara uno para interpretar a Macbeth?

Te aprendes los diálogos. Tenemos muchísimas ideas, todas ellas en fase de conversación ahora mismo. Haremos un taller para la obra durante dos semanas en noviembre y luego empezaremos los ensayos en el nuevo año. Con suerte, en esas dos semanas concretaremos algunas de estas ideas. Y luego solo sigues a partir de eso. Gracias a Dios tenemos a Sam Gold y a Ruth.

También hay una nueva versión cinematográfica de Macbeth, protagonizada por Denzel Washington, que se estrenará a finales de este año. ¿Sientes alguna competencia con ese proyecto?

Dios me libre de competir con Denzel Washington. Por Dios. No me considero digno. Eso no entra en juego. Van a ser muy diferentes, claramente, pero no me preocupan ese tipo de cosas. Cuanto más, mejor.

Ya has interpretado a Iago para Sam Gold en Otelo, has hecho el papel de melancólico…

¿Cómo sabes lo que voy a hacer? Estaré lejos de ser melancólico.

¿Harás un Macbeth jovial?

Realmente no lo sé. No tomo ese tipo de decisiones al principio de estas cosas. No interpreté a un Iago melancólico en absoluto. Todo lo contrario. Ambos personajes son enormemente complejos e inteligentes. Macbeth es uno de esos personajes de los que se habla, al principio, como si fuera un guerrero capaz de rebanar a una persona desde sus testículos hasta su garganta. Pero está más cerca de Hamlet que de cualquier otra cosa porque es muy introvertido. Estoy deseando comenzar.

¿Te gustaría interpretar a Puck en Sueño de una noche de verano, solo para cambiar el ritmo?

Sé lo que dices, pero no pienso en ellas de esa manera. Esas comedias son igual de difíciles, igual de complicadas de hacer bien, de que no solo sean divertidas, sino reflexivas y profundas.

¿Qué tal a Falstaff?

[Suspira]. Consígueme un traje de gordo.

Dave Itzkoff es reportero de cultura. Su libro más reciente, Robin, una biografía de Robin Williams, se publicó en mayo de 2018. @ditzkoff

Fuente: nytimes.com