Activistas aseguran que hay un trasfondo racial en la cobertura mediática y en el interés de las propias autoridades en resolver el caso de Petito, ya que, mientras la policía y demás agencias implicadas han puesto todos sus recursos en encontrar a la joven blanca, cientos de jóvenes de minorías permancen desaparecidos sin que ello genere titulares ni grandes despliegues policiales.

El caso de Gabby Petito ha encabezado titulares en todo el país e incluso en medios internacionales, especialmente tras ser hallado su cuerpo en un parque nacional en Wyoming, un caso que continúa abierto, ya que las autoridades buscan intensamente a su novio, quien fue la última persona que estuvo con ella y que las autoridades han declarado "persona de interés".

Algunos expertos afirman que la sobredimensionada relevancia de su caso se debe en buena medida a que la joven se había convertido en una youtuber y tenía una gran presencia en redes sociales. El viaje que hizo con su pareja, y que terminó en su muerte, estuvo bien documentado por ella misma en las redes y hay muchas imágenes.

Sin embargo, activistas aseguran que hay un trasfondo racial en esta cobertura mediática intensiva y en el interés de las propias autoridades en resolver el caso ya que, mientras la policía y demás agencias implicadas han puesto todos sus recursos en encontrar a Gabby Petito, una joven de 22 años rubia, cientos de jóvenes de color, afroestadounidenses, hispanos e indígenas estadounidenses, permanecen desaparecidos sin que ello genere titulares ni grandes despliegues policiales.

Es lo que se denomina el síndrome de mujer blanca desaparecida, un término utilizado por científicos sociales y comentaristas de medios de comunicación para referirse a la cobertura mediática desproporcionada -especialmente en la televisión- de casos de mujeres o niñas blancas de clase media en comparación con la relativa falta de atención hacia mujeres desaparecidas de minorías y a hombres o niños desaparecidos, todos de clase baja.

Y es que las desapariciones de personas de minorías étnicas no generan el mismo interés mediático, a pesar de que son más frecuentes.

Solo en el estado de Wyoming, en donde se encontraron los restos de Gabrielle Petito, 710 indígenas estadounidenses fueron reportados como desaparecidos entre 2011 y 2020, según un informe de la Universidad Estatal de Wyoming. El 57% de estos casos eran mujeres y el 85% eran menores de edad. Sin embargo, ninguno tuvo tanta repercusión.

Por otra parte, desde el primero de junio de este este mismo año hasta hoy, 63 jóvenes negros de 25 años o menos han sido reportados como desaparecidos y 27 latinos del mismo grupo etario, según la base de datos NameUs .

La noche de este lunes, la presentadora de MSNBC, Joy Reid, invitó a su show 'The ReidOut' a dos abogadas que trabajan el tema de mujeres negras e indígenas desaparecidas para debatir el caso Petito. En el debate se habló de cómo la atención que movilizó este caso no suele ser la misma que cuando se trata de otras desapariciones.

Reid recordó entonces el término que acuñó en 2004 Gwen Ifill, otra célebre presentadora de televisión: el 'síndrome de la mujer blanca desaparecida'.


"Si hay una mujer blanca desaparecida, vamos a cubrir eso, todos los días", señaló Ifill con ironía en una conferencia de periodismo, quien fuera una de las primeras periodistas negras en el cuerpo de prensa de Washington.

"La familia Petito ciertamente merece respuestas y justicia", dijo Reid en su programa. "Pero la forma en que esta historia ha cautivado a la nación hace que muchos se pregunten, ¿por qué no la misma atención de los medios cuando desaparecen personas de color?"

Se normaliza la victimización

Danielle Slakoff, profesora asistente en la Universidad Estatal de California en Sacramento que investiga la justicial penal y los medios de comunicación, dijo a The New York Times que en sus investigaciones ha detectado que las mujeres y niñas blancas desaparecidas reciben más cobertura inicial y repetida y que se suelen representar como buenas personas, mientras que las mujeres de color a menudo son caracterizadas como cómplices de sus propias desapariciones, por tomar riesgos innecesarios.

"Las víctimas blancas tienden a ser retratadas como en entornos muy seguros, por lo que es impactante que algo así pueda suceder, mientras que las víctimas negras y latinas son retratadas en entornos inseguros, lo que básicamente normaliza la victimización", declaró.

Algo similar declaró Michelle Jeanis, profesora asistente de justicia penal en la Universidad de Louisiana en Lafayette a The Washington Post: las víctimas blancas, atractivas, jóvenes y aparentemente "inocentes" acaparan más atención de los medios.

"Esta vez es diferente"

Pero a pesar de esa realidad, Jeanis dijo al Post que había notado que esta vez está siendo diferente ya que la conversación sobre la disparidad racial en los casos de desapariciones está llegando a la prensa.

“Veo una gran diferencia. Cada vez que desaparece una mujer blanca de alto perfil, recibo llamadas telefónicas primero sobre el caso y luego sobre la disparidad”, dijo Jeanis al Post. “Esta vez es diferente; la gente quiere hablar sobre la disparidad".

Y es que, a partir del foco de antención que ha tenido el caso de Petito, el reflejo de las desapariciones de personas de color, que puede influir directamente en la resolución de sus casos, está cobrando impulso. Esta vez, junto al hashtag #GabbyPetito muchos están publicando también los nombres de personas de color desaparecidas.

Estas son algunas de esas historias:

Loading

Cargando galería


Continuar en Univision Noticias