El primer ministro censura la actuación de la Administración de Biden por la represión a caballo de los migrantes en Texas
Haitianos desalojados de Texas se amontonan en un albergue en Monterrey (México), este viernes.
Haitianos desalojados de Texas se amontonan en un albergue en Monterrey (México), este viernes.EDGARD GARRIDO / Reuters

En la recta final de la Asamblea General de la ONU, que teóricamente hermana a países grandes y pequeños, ricos y pobres, la voz del primer ministro de Haití, Ariel Henry, se ha alzado este sábado contra el bochornoso trato dispensado a los migrantes haitianos en Texas por agentes fronterizos de Estados Unidos. “Sin ánimo de replicar el derecho de un Estado soberano a controlar la entrada de extranjeros a su territorio, o de devolver a su país de origen a aquellos que han accedido ilegalmente, creemos que muchos países hoy prósperos se han construido gracias a las sucesivas oleadas de migrantes y refugiados”, ha recordado Henry al plenario del organismo, apenas horas después de que el campamento improvisado por miles de haitianos en Del Río fuera desmantelado.

En un mensaje pregrabado Henry ha censurado la actuación de los agentes a caballo contra los haitianos, que este viernes mereció el calificativo de “indignante” por parte del presidente Joe Biden y es objeto de una investigación por parte del Departamento de Seguridad Nacional. “En los últimos días, las imágenes de cómo han sido tratados muchos de mis compatriotas en la frontera entre México y Estados Unidos han conmocionado a mucha gente”, recalcó.

Estados Unidos había deportado este jueves a su país a 1.314 haitianos atrapados en su frontera con México, en el enésimo episodio de la crisis migratoria desde la llegada a la presidencia de Biden, el pasado enero.

“Los seres humanos, los padres y las madres que tienen hijos siempre van a intentar huir de la pobreza y de los conflictos”, recordó el jefe del Gobierno de Haití, un país abismado en una crisis total, económica, política y de seguridad, rematada por catástrofes naturales como el terremoto que a mediados de agosto volvió a arrasar el país, una década después del seísmo de 2010, con un balance de 200.000 muertos. Por eso, incidió, “la emigración continuará mientras en el planeta haya áreas ricas y la mayoría de la población mundial viva en la pobreza sin perspectivas de una vida mejor”. Haití es el país más pobre de América y atraviesa además una crisis institucional tras el magnicidio, en julio, del presidente Jovenel Moïse.

El cúmulo de calamidades que asola Haití es la explicación del éxodo, ha venido a recordar Henry, haciendo extensiva la explicación al fenómeno migratorio en su conjunto. “Para hallar una solución duradera al problema de la emigración, hay que abordar de raíz las causas de los desplazamientos de población. Invito a la comunidad internacional a incrementar con urgencia las medidas destinadas a mejorar las condiciones de vida en los países emisores de refugiados políticos o económicos”, concluyó Henry su discurso.

El presidente Biden es blanco de las críticas tanto desde la derecha republicana, que le reprocha su laxitud en materia migratoria, como por la izquierda, que considera una ignominia el episodio de los agentes fronterizos persiguiendo a caballo a los haitianos para impedir que cruzaran el río que separa México de EE UU. Unas imágenes de la vergüenza que constituyen un nuevo motivo de sonrojo para la Administración de Biden, tras las críticas recibidas por la desbandada de Afganistán.

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