El sector, que sufrió con severidad las restricciones de la pandemia, empieza a lograr cifras similares a las de 2019 y encara el futuro con cierto optimismo

En marzo del año pasado, Walt Disney anunció que, por primera vez desde los atentados del 11-S, sus parques en Estados Unidos echaban el cierre por la crisis de la covid-19. Las filiales del resto del mundo corrieron la misma suerte. “Creo que el primer shock fue cuando Disney hizo público que iba a cerrar”, rememora por videollamada Hal McEvoy, presidente y consejero delegado de la Asociación Internacional de Atracciones y Parques de Atracciones (IAAPA, por sus siglas en inglés), “y luego la comprensión de cómo íbamos a lidiar con aquello”. Año y medio después, los parques que han abierto dan señales de recuperación y el sector ve el futuro con una mezcla de optimismo y prudencia.

El impacto de la crisis, que costó a la filial de Disney 6.900 millones de euros en pérdidas el año pasado, ha sido significativo en todos los territorios, cuenta ­McEvoy. Según los datos de la IAAPA, los parques temáticos se han visto más afectados por la pandemia que la economía en su conjunto. “Solo en Estados Unidos, las pérdidas fueron cinco veces mayores que la pérdida media en otras industrias”, señalan fuentes de la asociación en un correo posterior.

En España, dice Guillermo Cruz, presidente de la Asociación Española de Parques de Atracciones (AEPA) y director general de Isla Mágica, la facturación de los miembros de la asociación, que genera unos 6.000 empleos, oscila entre los 300 y 350 millones de euros en un año normal. Este 2021, cuenta, ha ido mejor de lo que esperaban. “En 2020 fue un 80% menos. Y este año ha sido un 20% o 25% menos”. En 2019 contribuyeron a la generación de una actividad económica directa, indirecta, inducida y de recaudación fiscal de 4.883 millones de euros, según un estudio de la AEPA. Entre sus miembros están Parque Warner, en Madrid, y PortAventura, en Tarragona.

“En este año estamos viendo una recuperación importante en forma de V, con un buen verano muy basado, evidentemente, en el mercado nacional”, dice Fernando Aldecoa, director general de PortAventura World. “Hemos visto que el gasto por persona en parques y hoteles ha tenido cifras superiores a las de 2019″. La compañía registró unas pérdidas de 43,6 millones en 2020. “Teniendo en cuenta que abrimos solo tres meses”, apunta, “estuvimos cerca del break even [punto de equilibrio operativo], con lo cual yo creo que son resultados positivos”.

Lo peor parece haber pasado, pero el camino ha sido largo. McEvoy recuerda que una de las principales líneas de acción fue trabajar con los gobiernos para trasladarles cómo la pandemia afectaba e iba a afectar al sector. “Y para asegurarnos de que entendían que todo el mundo iba a necesitar algún tipo de asistencia”, relata. Las diferencias entre países, además, supusieron un desafío extra: “Todo el mundo estaba en una fase diferente. Y tuvimos que ser muy ágiles y pivotar maneras de ayudar a nuestros miembros dependiendo de cuál era la situación”. Otra parte clave fueron los procedimientos de reapertura. “Reunir a la industria para compartir qué tipo de protocolos sanitarios y de seguridad necesitábamos, cómo podíamos abrir de manera segura”, afirma. El sector trabajó conjuntamente, y la colaboración entre parques, fabricantes y proveedores ayudó a abrir de forma segura. Aldecoa incide en esta idea de cooperación y señala que durante la pandemia, los parques han puesto en común las mejores prácticas.

La digitalización ha sido clave en esta adaptación a la nueva realidad. “Ha habido mucha innovación”, señala McEvoy. El director de la IAAPA habla de sistemas de pedido en los restaurantes, de reservas o de facilitar el uso de tarjeta frente al efectivo. Aldecoa pone como ejemplo la venta de entradas anticipada por internet: “En la que puedes saber perfectamente la fecha en la que vas a venir, y eso te permite gestionar mejor los flujos y esto lo agradece mucho el cliente”. Cumplir con las medidas establecidas por las autoridades sanitarias y establecer un entorno lo más seguro posible para trabajadores y visitantes supuso un desembolso importante. El director de PortAventura World cuenta que han destinado 10 millones de euros en estos dos años a este fin.

Gestión de la plantilla

Otra de las lecciones de la pandemia tiene que ver con la atracción, retención y gestión de empleados. “Debido a los ERTE y los despidos y demás, uno de los mayores retos de la industria ahora es la dotación de personal”, dice McEvoy. “Y creo que eso también hace que la gente busque innovación y otras formas de hacer las cosas. Si no puedes conseguir mano de obra, pero tienes que ofrecer el servicio, hay una forma innovadora de hacerlo”. Frente a esto puntualiza: “No es que la gente no quiera contratar, es solo en casos en los que puede que no haya gente a la que contratar”.

De acuerdo con Cruz, presidente de la AEPA, casi la totalidad de las plantillas fijas que estaban en ERTE se han recuperado, aunque varía dependiendo del caso. Respecto a despidos, dice que “cada uno ha hecho lo que ha podido”, pero que no ha sido, de momento, una “criba importante”. Puntualiza que no han recibido ningún tipo de ayuda y que eso hace que, si la recuperación no es rápida, algunos parques puedan resentirse. “Entonces, estamos solicitando ayudas por la coyuntura de la crisis y seguimos con nuestra batalla en relación con la rebaja del IVA hasta el 10%”.

Para 2022, el sector se mueve entre el optimismo y la precaución ante variables que se escapan a su control. Cruz se muestra optimista con PortAventura, pero matiza que no saben cómo va a responder el mercado y que hay que tener en cuenta otros factores aparte de la evolución de la covid, como la situación económica. McEvoy, por su parte, hace referencia a la activación de los viajes internacionales y asegura que la industria mira positiva al futuro.

Fuente: elpais.com